Un 7 de diciembre, pero de 1888, John Boyd Dunlop, veterinario e inventor británico, patentó el neumático con cámara de aire. Para lograr su hazaña, Dunlop utilizó una llanta compuesta por un tubo de goma hueco, envuelto por un tejido que permitía soportar la presión del aire. Este revestimiento fue impregnado con goma, esto con el propósito de protegerlo del desgaste producido por la fricción con la superficie. La cámara hueca fue fijada sobre la rueda con anclajes, y una vez en dicha posición se inflaba con una bomba de aire, para lo cual Dunlop dotó a la cámara de una válvula sin retorno y evitar así que el aire se escapara.
Los primeros experimentos tuvieron tal éxito que Dunlop contó de inmediato con el apoyo de la fábrica de bicicletas de Belfast R.W. Edfin and Fintey Sinclair Ltd. El invento fue patentado por Dunlop con el nombre de Pneu-Bicycles. Además, al año siguiente convenció a W. Hume, corredor de carreras de bicicletas, para que participara en una prueba usando sus neumáticos. A pesar de que Hume no se encontraba en su mejor momento, venció con una ventaja considerable al favorito gracias a las nuevas ruedas de aire.
Como era de esperar, el invento, atrajo de inmediato la atención de los empresarios. Dunlop vendió la patente a William Harvey du Cros, propietario de la Pneumatic Tire and Booth’s Cyde Agency, quien se encargó de asegurar el éxito del invento, revolucionando la construcción de bicicletas y facilitando a los pioneros del automóvil el desarrollo de la naciente industria automotriz en la segunda etapa de la revolución industrial.