Dicen que los uruguayos somos hijos de la polémica, de discutir sobre todo lo que encontramos a la vista, de buscar empecinadamente la quinta pata al gato. Cierto, o no, la última controversia se desató tras los dichos del Presidente electo, Yamandú Orsi que dijo que seguirá viviendo en Salinas, lugar donde actualmente reside junto a su esposa y sus dos hijos.
En más de una ocasión, en los últimos días, Orsi debió responder ante la prensa una misma pregunta, ¿seguirá viviendo en Salinas o se mudará a la Residencia de Suárez y Reyes cuando asuma?, y claro, dentro de la artillería pesada que le tiran a cada rato, desde los distintos micrófonos, que van desde si invitará a Maduro a su asunción, si se hará amigo de Milei, si baja a 60 años la edad para jubilarse o si como dijo Oddone, se mantendrá en 65 años, si Juan Castillo será Ministro de Trabajo, responder donde va a ir vivir, es una papa. Y Orsi responde, afirma o confirma que: “la idea” de su familia es seguir en Salinas. Y como para que no queden dudas, dice: “No es una decisión solo mía, es de la tribu. Y la tribu manda. Tienen razón”.
ESAS CONTROVERSIAS EN LAS QUE A VECES ENTRAMOS
Y aunque no lo crean, los dichos de Orsi se transformaron en una cuestión de Estado, en una preocupación más, de las tantas que surgen en esta «transición» en marcha. Porque seguir viviendo donde vive significan muchas cosas a resolver.
Aclaremos que Orsi no dijo que no utilizará la Residencia de Suárez y Reyes, en más de una ocasión manifestó su intención de utilizar la Casa Presidencial del Prado, para algunas reuniones protocolares y de trabajo, no para vivir.
Los que apoyan su decisión de seguir viviendo en Salinas sostienen que Yamandú es un hijo de pueblo, sencillo, y quiere seguir junto a su gente, a sus vecinos, amigos, familiares, el lugar de sus pertenencias.
Otros van más allá y señalan que Yamandú quiere evitar el desarraigo de sus hijas que van a la escuela del lugar.
No faltan los que dicen que a Yamandú no le gustan los lujos y los gastos que significa vivir en Suárez y Reyes. Que Salinas está a poco más de 30 kilómetros de Montevideo y que ir en auto es una pasada.
Y por si fuera poco, están los que argumentan que no sería el primer Presidente que no vive en la Residencia Presidencial, que por citar a tres nada más, el General Oscar Gestido, no lo hizo, Tabaré Vázquez no lo hizo, y el gran referente de Orsi, Pepe Mujica, tampoco lo hizo.
La otra parte, la que opina distinto, señala que el costo es mas alto viviendo fuera de Suárez y Reyes que en la Casa Presidencial. La Guardia perimetral, los custodias del Presidente, también tendrán que instalarse en Salinas. Tendrán que hacer cambios en la casa de Orsi, en la calle y en la manzana o casas lindantes. El resultado será un operativo muy costoso, con ciertas dificultades, y el lugar ya no será el mismo.
Seguramente cosas tan sencillas como:
– Vine a saludar a Yamandú.
– Le traje la torta que tanto le gusta.
– Yamandú siempre me compra tortas fritas, avísele que estoy acá..
– Le traje la garrafa de 13 kilos….
Y así tantas cosas más, que la guardia presidencial en todo caso responderá con un: circule, circule!.
Se señala que será muy engorroso trabajar en estas condiciones, además del costo enorme del personal destacado en el lugar, los traslados a la capital, la comitiva presidencial deberá movilizar a mucha gente, vehículos, coordinaciones, para transitar por rutas y lugares de mucha circulación de vehículos.
Por tareas propias de un Presidente, Orsi tendrá que salir temprano y retornar muy tarde a Salinas, y eso cuando no tenga viajes al exterior y/o actividades en el interior del país.
Con suerte podrá disfrutar los fines de semana de Salinas, de su familia, de sus amigos, de su gente. Esas cosas se saben que conllevan el hecho de ser presidente de un país, y a veces, otros sacrificios superiores.
LA CHACRA DE MUJICA
Los que defienden que Orsi siga residiendo en Salinas, argumentan que el Pepe Mujica vivió durante su mandato en su chacra del Rincón del Cerro y no pasó nada, ¿no pasó nada?.
Compartimos una nota de la época en que José Alberto Mujica Cordano, era Presidente electo y se planteaba seguir viviendo en rincón del Cero.
“La chacra de José Mujica sufrirá cambios físicos para concederle seguridad en el entorno
La seguridad del electo presidente José Mujica estudia por estos días una serie de medidas para concederle garantías a quien ya dijo que no se moverá de donde vive, en una chacra escondida en un paraje localizado entre Paso de la Arena y el Cerro de Montevideo.
Un informe publicado por El Observador recuerda que antes de resultar electo presidente, José Mujica ya había adelantado que no se mudaría a la residencia de Suárez y Reyes y que permanecería en su chacra de Rincón del Cerro en donde vive junto a la senadora Lucía Topolansky, su esposa.
Desde el día de las elecciones nacionales un móvil policial custodia la puerta de la casa de Mujica. Además se dispuso un vallado que se dispuso a unos metros del predio para que la prensa no pueda ingresar. Sin embargo las medidas de seguridad en la chacra se deberán incrementar, por lo que ya comenzaron a realizarse algunas modificaciones en el predio”.
LA RESIDENCIA DE SUÁREZ Y REYES
La Residencia presidencial de Suárez y Reyes es la principal residencia oficial del Presidente de la República Oriental del Uruguay. Se encuentra ubicada en el barrio Prado, en la zona centro-oeste de Montevideo.
Recibe su nombre debido a su ubicación en la intersección de las avenidas Joaquín Suárez y 19 de abril; donde de alguna forma también inicia la calle Reyes, de ahí el nombre con que se conoce popularmente a la residencia del Presidente. A sus espaldas se encuentra el Jardín Botánico de Montevideo. Es custodiada por el regimiento de Blandengues de Artigas.
HISTORIA
CONSTRUCCIÓN Y PRIMEROS AÑOS
En 1907 se remataron alrededor de doce solares en el Prado, entre los que se encontraba el actual predio de la residencia, el cual fue adquirido por Adelina Lerena de Fein por un total de 8,875 pesos. Allí, la familia Fein Lerena ordenó construir una casa de tres plantas al joven arquitecto Juan María Aubriot, como residencia de descanso de dicha familia. Finalmente dicha obra finalizaría en 1908.
Tras la muerte de sus propietarios originales, la familia decidió vender la propiedad, la cual fue adquirida por el alemán Werner Quincke, encomendándole reformas al arquitecto Karl Trambauer, quien le agregó su característica torre.
Posteriormente la familia Quincke se la vendería a la familia Susviela Elejalde, quienes por cuestiones económicas ante un aluvión de deudas, cedieron sus derechos a la Intendencia Municipal de Montevideo.
RESIDENCIA PRESIDENCIAL
En 1947, la presidencia de la República se encontraba en búsqueda de una propiedad para destinarla como residencia oficial del presidente, debido a que hasta ese momento se solían alquilar propiedades para hogar de la familia presidencial. El presidente de la República, Luis Batlle Berres, a sugerencia de su esposa, la primera dama Matilde Ibáñez optó por la Quinta de Suárez y Reyes, debido a que ellos se habían conocido mientras caminaban frente a ella en 1925.
Una vez adjudicada la quinta, se le encomendaron reformas al arquitecto Juan Scasso. Durante la presidencia de Jorge Pacheco Areco se expropiaron solares colindantes al predio, de manera que las calles Bernardo Berro y Valdense quedaron dentro de la residencia. Actualmente cuenta con un amplio jardín con rosaleda y estanque, piscina, barbacoa y cancha deportiva que, funciona a su vez como helipuerto.
El predio de la residencia cuenta con otras construcciones, además de la casa principal. Como por ejemplo el antiguo edificio del Observatorio Municipal de Meteorología y una rosaleda que integraba el Jardín Botánico de Montevideo. Con motivo del Día del Patrimonio la residencia abre sus puertas para ser visitada por los ciudadanos.
LA RESIDENCIA Y SUS JARDINES
Según Marta Canessa, esposa del dos veces presidente Julio María Sanguinetti, la residencia de Suárez y Reyes tiene «la dignidad de una casa que representa al país, la jerarquía que tienen todas las presidencias del mundo y un sentido institucional».
Jorge Batlle y Luis Lacalle Pou fueron los únicos presidentes que no solo habitaron la residencia como tales, sino también en su infancia y juventud, por ser hijos de los presidentes Luis Batlle Berres y Luis Alberto Lacalle.
Presidentes que no habitaron en ella:
Los sucesivos integrantes del Consejo Nacional de Gobierno (1955-1967), no residieron allí.
Óscar Gestido y su esposa Elisa de los Campos llevaban un estilo de vida muy austero, y ante las durezas económicas que enfrentaba el país en 1967, para dar el ejemplo resolvieron permanecer en su casa en el barrio Pocitos.
Tabaré Vázquez, vecino del Prado, decidió seguir viviendo en su propia casa y utilizar la residencia de Suárez y Reyes sólo para fines oficiales.
José Mujica siguió viviendo en su chacra en el Rincón del Cerro, y también la utilizó únicamente con fines oficiales.