InicioBelleza y NutriciónAPRENDAMOS A MOVERNOS MÁS Y A NUTRIRNOS MEJOR

APRENDAMOS A MOVERNOS MÁS Y A NUTRIRNOS MEJOR

Cada uno de nosotros como representante de nuestra familia, de la ciudad (Salto), del Uruguay y por ende, integrantes de todo el mundo,  concordaremos en la permanente y constante contradicción que existe entre la importante y masiva promoción de Salud y la velocidad en el aumento  de la incidencia de enfermedades relacionadas a los comportamientos de vida, como lo son la obesidad, diabetes, dislipemia, alteraciones cardiovasculares entre otras.

Si observamos las cifras de la OMS (Organización Mundial de la Salud) donde encontramos que más del 60 % de la población uruguaya presenta sobrepeso u obesidad, casi 10 % padece diabetes (y otro porcentaje similar está en situación de prediabetes), 35 % tiene su presión arterial elevada, etc. debemos comenzar a reflexionar y analizar sobre “qué es lo que está fallando entonces”.                                                                                                                                                                  Por ende, la pregunta es: ¿son las políticas de salud que no funcionan o soy yo, como destinatario de dichas políticas, que no tomo la actitud que permita que los programas de salud realmente sean efectivos?

En este día, los animo a reflexionar respecto a nuestra responsabilidad y el rol que tenemos todos y CADA UNO en el logro de LA SALUD; la nuestra y la de nuestro entorno (hijos, familia, sociedad).

Desde una visión integral debemos reconocernos como seres biológicos, con capacidad de pensar, de sentir y de hacer.

Sabemos que nuestras células traen consigo la información que determinan nuestras características y nos hacen diferentes a todos; esta información también habla de las posibles enfermedades que el cuerpo podría llegar a padecer. Sin embargo, la evidencia científica comprueba que tienen un mayor peso los factores ambientales, sobre los que podemos actuar e intervenir para cambiar nuestra realidad y disminuir así la aparición de tales alteraciones.

Dentro de dichos factores ambientales, la nutrición y la actividad física constituyen los de mayor importancia, sin dejar de lado el rol fundamental del descanso, del sueño,  del estrés, adicciones a sustancias tóxicas, etc.

Pero destaco hoy la actividad física y la alimentación dado que ambos constituyen la base estructural sobre la que se construye  ese estado de equilibrio o bienestar al que llamamos “salud”.

Desde el punto de vista alimentario, no quiero dar recomendaciones sino motivarlo o desafiarlo a que usted sea el mentor en la búsqueda de ese bienestar propio y de SU FAMILIA. Es decir, le propongo que pueda negociar cambios posibles y realizables por todos los integrantes de su hogar.

Esto es:

1º – DESAYUNAR en familia. Sentados y disfrutando de un momento en el que se comunican e intercambian la organización del día.  Si vive solo, hágalo en un ambiente confortable disfrutando de ese tiempo en el que le brinda combustible a su cerebro.

La alimentación no solamente permite la NUTRICION sino que favorece la integración, la comunicación y la posibilidad de disfrutar del placer ser parte de un vínculo (pareja, familia, grupo, sociedad).

2º – Crear una rutina y organizar horarios para realizar las comidas. Esto permite generar un hábito y educa al cuerpo a recibir nutrientes en esos momentos. Para que el cuerpo no tenga que verse obligado a producirlos utilizando mecanismos adaptativos que tendrán como consecuencia daños que pueden ser irreversibles.

El deterioro del cerebro se produce por someter al cuerpo de modo frecuente, a estados de ayuno, es decir, no ingerir alimentos por muchas horas. Ese deterioro no se manifiesta con síntomas en sus etapas iniciales, sin embargo, con el tiempo comienza a detectarse cuando ya no hay posibilidad de revertir dicho daño.

3º – Incluya algún tipo de verduras en los tiempos de comida principales (almuerzo y cena). Teniendo como conducta la variedad. Utilice verduras de estación a fin de no incrementar el costo de sus platos.

4º – Consuma fruta entre desayuno y almuerzo y entre merienda y cena. Estará ajustándose a las recomendaciones internacionales de salud  y reforzará sus defensas (sistema inmune).

5º – Elabore platos con pescado por lo menos 2 días a la semana. Su cerebro, corazón, articulaciones, huesos e intestinos se lo agradecerán.

6º – Limpie su cuerpo y siéntase más dinámico. Para ello, consuma agua en lugar de otro tipo de bebidas. El Uruguay y en especial los salteños aún poseemos una gran riqueza, nuestra agua, no la despreciemos.

Y en séptimo y último lugar, pero quizá el más importante comentario, está referido a nuestra actitud respecto al sentimiento que nos ocasiona el pensamiento de realizar una “dieta saludable”.

Dieta significa la forma de alimentarse de una persona (buena o mala).

Por lo tanto, una dieta saludable es la alimentación que una persona debe realizar para mantener el equilibrio interno y de esta forma se manifestará externamente.

Comencemos practicar pequeños cambios que podamos mantener en el tiempo. Esta es la única manera de lograr hábitos o conductas que nos permitan disfrutar. Salud, recordemos, es sentirse bien; esto incluye el placer.

Disfrutar de una Dieta saludable es lo que merecemos todos.

Los gustos o deseos se pueden educar. Enseñémosle  a nuestro cuerpo, mente y emociones a disfrutar de lo que nos hace bien.

 

APRENDAMOS A MOVERNOS MÁS Y A NUTRIRNOS MEJOR.

Débora Sotelo

Egresada de la Universidad de la República.

Master en Nutrición, egresada de Universidad Católica.

Diploma en Salud Integral desde la Psiconeuroinmunoendocrinología

Docente Universidad de la República

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