En 1920 se celebran los Juegos Olímpicos de Amberes, en aras de la amistad del mundo a través del deporte, de un canto a la vida por los nuevos tiempos, y de resaltar los valores deportivos y culturales del momento.
Ese hecho fue noticias en Uruguay, pero fue nada más que un sueño lejano tal vez de un par de atletas que se subieron a un barco con ganas de participar.
Pero, otro sueño, el de los Juegos Olímpicos de Colombes en 1924, se hizo realidad, y allí, un puñado de atletas, viajando de barcos, con boletos de tercera, hicieron oír por primera vez, por lo menos con la fuerza de un rugido de león, el nombre de Uruguay. Jóvenes futbolistas orientales, entre ellos, el salteño José Leandro Andrade, el morenito del barrio La Cachimba, estaba presente.
La conquista de Colombes, primera medalla de Oro, para el fútbol uruguayo, es historia conocida, como la segunda conquistada cuatro años después, en 1928 en Amsterdam.
El color de piel de José Leandro, como sus mágicos movimientos en el campo de juego, deslumbraron a los franceses que lo llamaron “La Marveille Noir” (La maravilla negra). El salteño no solo los asombró con su clase futbolística, sino cuando en las noches parisinas, los encantaba con sus pasos de eximio bailarín de tango, y sus dotes amatorias, que pronto se conocieron en París, y que rindieron a sus pies nada menos que a la famosísima por entonces, estrella americana, Josephine Baker.
Y a su regreso a Uruguay, en aquellas llamadas por el barrio Sur, en la que le daba a la lonja, José Leandro recreaba en el mundo del tambor sus noches de gloria parisina.
Fue un grande del fútbol uruguayo, de todos los tiempos.
PARA RECORDAR….
José Leandro Andrade Quiroz (Salto, Uruguay, 22 de noviembre de 1901 – Montevideo, 5 de octubre de 1957) fue un futbolista y medallista olímpico uruguayo. Ganó con la Selección de Fútbol de Uruguay los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, la Copa Mundial de Fútbol de 1930 y tres veces la Copa América.