Fue una fiesta muy comentada en Puntas del Sauce Verde. Un casamiento de la “creme
de la creme”. Estaban de varios programas de la tele local, periodistas de todos los
medios, hasta de Costa Bizcocho vinieron algunos paparazzi, ni que hablar que “Ser
Mujer” en primera fila, y no pasó desapercibido el fotógrafo con musculosa al tono (Ojeda le decían) en esos dos metros cuadrado de volúmen junto a la pequeña escriba que habló toda la noche sin parar, masticaba saladitos por un costado de su boca y hablaba por el otro costado.
El novio, integrante del Directorio de una multinacional, de muy solvente posición
económica, y relacionamiento con las grande familias de la zona, no escatimó un
centavo para que la fiesta fuera la envidia desde el Cuareim a Punta del Este.
La novia, tambien de alta alcurnia, hija de un fuerte ganadero del medio, nadaba en
dólares desde chica, aquí y en el extranjero. Realmente fue un fiestón y que entre otras
cosas, quedará en la historia, por algunos episodios vividos en la fiesta donde no
estuvieron involucrados los nóveles esposos…o si….
Dos compañeros del novio, integrantes ambos del equipo empresarial, hacia mucho
tiempo que estaban distanciados. Es más, ni siquiera se hablaban cuando tenían que
discutir un tema, enviaban a sus secretarios personales o a sus secretarias de oficinas o
de “horas extras”, y punto.
Por supuesto, llegaron a la fiesta del amigo en autos distintos, con choferes de la
empresa, generosa – la empresa – por cierto.
Ambos apenas se vieron, se pusieron lomo con lomo y arrancaron saludando en sentido
inverso, matizando con un canapé aquí, un whisky allá, y muchas bandejas que bajan y
se pierden.
Ambos irreconciliables conversaban con sus amistades, se reían, comían y…bebían,
bebían, bebían. El alcohol saca cosas afuera al hombre, y vaya a saber por qué, a uno le
empezó a molestar la risa del otro y comenzaron a restringir su área de acción,
marchando hacia un inexorable destino…
Claro que la fiesta estaba en su apogeo, los paparazzi meta foto, hasta el Petiso Sosa, un
tipo callado, si los hay, le contaba sin ningún rubor sus historias de alcoba. Con el calor
del alcohol, de los ojos de muchos varones, las más osadas se desprendían algunos
botones de las blusas para hacer ver redondeces antes ocultas u oprimidas, porque
algunas se aflojaban los breteles y se quitaban sus corpiños que iban a descansar en sus
carteras. Había periodistas que aburridos de comer y de tomar hacían concursos y
calificaban, “el de ésta es natural”, “aquella se hizo las lolas”, “esta tiene chapa y
pintura en todo el cuerpo”, “si, tiene cara de niñas, pero yo hace 30 años que la veo en
fiestas y siempre parece una gurisa…”, “la coca ya no disimula que engaña al marido, lo
dejó plantado en una mesa y hace arrumacos con el amante, como si nada en la otra
punta…”. Todos se divertían a esa altura, menos los dos enemistados. Vino gente de
Brasil, Argentina, España, Uganda. Contrataron a las cinco mejores orquestas del Río
de la Plata, hasta “Polkas, tangos y chamamé”, con el Silvio y todo. Por si fuera poco
estaban los cinco mejores cantantes del MERCOSUR, uno de cada país miembro, para
confraternizar, hasta A plena Samba llegó en la alta noche y Capioca con sus lentes de
sol que no abandona nunca.
Todo era farándula, alegría, giros para aquí, giro para allá, iban al centro, la rueda se
abría, se cerraba. Tocan la raspa, todos la bailan, y en una de esas levantaditas de
piernas, uno de los enemistados le pega al otro una patada donde la espalda termina con
su buen nombre…
El otro se da vuelta, lo ve, y se arma el destripa pollos. Se agarran a las trompadas
limpias. Claro que uno de ellos sabía artes marciales y le aplica unos golpes que
desparraman al rival. La novia quiso intervenir y le rompieron el vestido…
– ¡Era lo único que a estrenar esta noche!.- Sollozaba.
Al novio le pegaron una patada en la entrepiernas…
– Solo espero que no se hayan roto….¡una incubadora, por favor!.
– Si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo, acordate de este amigo que ha de
jugarse el pellejo, para ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión.- Le cantaba
otro integrante del Directorio que estaba mamado y que desde hacía mucho tiempo le
tenía ganas a la novia…
-Chan-chán.- Dijo otro mamadito a su lado.
Como le dije, la fiesta no pasó desapercibida, sigue siendo muy comentada, a meses de
realizada, en Puntas del Sauce Verde. Y teniendo a nuestros faranduleros propios, las
peleas de la Cosse con Delgado, Ripoll con Orsi, ¿a quién le importa?
CAMACA