En el marco de las movilizaciones estudiantiles a nivel nacional, la Asociación de Estudiantes del CeRP (AsEC), nos manifestamos hoy en nuestro centro de estudios con una medida de paro activo con ocupación como reclamo ante la siguiente situación:
Una primer apreciación, y en términos generales, es que la ANEP sufre una caída presupuestal que está enmarcada en el proyecto de país planteado desde la asunción del nuevo gobierno el 1ro de marzo de 2020, que prioriza el ajuste fiscal y el ahorro, frente a las necesidades de las grandes mayorías. Y queremos decir esto porque somos también las estudiantes las que vemos la pobreza agudizarse en nuestros barrios y casas, la aparición de la solidaridad barrial manifestada en las ollas populares, y queremos reafirmar que la lucha por la educación pública no comienza ni termina en el aula, sino que para que nuestros objetivos sean alcanzados es imprescindible avanzar también en una sociedad más justa en donde las gurisas y gurises no lleguen con hambre y frío a la escuela y el liceo, a la Universidad, a los CeRP ni a las UTU. Esta situación es imperdonable en cualquier marco, pero aún más en este, en donde sabemos que pasamos como país por un crecimiento económico que no se manifiesta de forma alguna en la designación de recursos públicos, sino más bien, se concentra en las manos de quienes más tienen y avasallan las manifestaciones populares cuando el pueblo no da más.
Por otra parte, la prueba de egreso que plantea esta nueva reforma no evalúa competencias relativas a la investigación y a la extensión, elementos característicos de toda formación que pretenda ser universitaria. Es necesario señalar que esta resolución del MEC no crea una Universidad de la Educación -como se indica más arriba, no se generan las estructuras necesarias para tal cosa-, se limita a establecer un reconocimiento voluntario para las carreras de Formación en Educación, que habilita a quienes egresan a realizar una prueba que certifique el carácter universitario de la formación que tuvieron. En cuanto a esto, vemos con especial preocupación que este “reconocimiento voluntario del título universitario” se reduce a algo individual y esto generaría que esta nueva titulación dependa no solo del centro de estudio sino también de la especialidad que esté cursando la estudiante, ocasionando que una
especialidad sea “universitaria” en algunos centros y en otros no.
Los anhelos de la comunidad educativa de nuestro país especialmente del estudiantado organizado- están depositados en la creación de un instituto universitario con autonomía y cogobierno. Frente a la ausencia de una estructura de carácter institucional, esta propuesta certificadora será por defecto superficial; luego, ella está coartando las potencialidades de una auténtica formación universitaria, pues desestimula la creación futura de la UNED.
Coincidimos en el deseo del carácter universitario, pero estamos en desacuerdo con el medio y la forma propuesta. No cumple con los deseos de una Universidad de la Educación Autónoma y Cogobernada, así como atenta no solo contra las estructuras existentes, fragmentando la Formación en Educación, perjudicando a docentes y estudiantes en sus condiciones laborales y de estudio, sino que también interfieren universidades privadas que cuentan con la estructura para certificar dichos cursos y entendemos que eso también implica una forma de privatización de nuestra Formación en Educación Pública, dando paso a la posibilidad de lucro y, además, se establece con resoluciones de carácter unilateral, generando un debilitamiento de derechos fundamentales adquiridos.
En la resolución, se establecen ciertos requisitos que el cuerpo docente debe cumplir para alcanzar un nivel de “calidad”. El 50% de las horas de clase recibidas deben ser impartidas por docentes con maestría universitaria, el 20% de horas de clase recibidas deben ser
impartidas por docentes que cuenten con un doctorado, el 20% de horas de clase recibidas deben ser impartidas por docentes con investigaciones publicadas, el 10% de las horas de clase recibidas deben ser impartidas por formadores que integren el Sistema Nacional de Investigadores. Nos preocupa que a nivel nacional, tanto en el interior del país como también en las instituciones de la capital, estos requisitos no se cumplen hoy en día. Ante esta
imposibilidad de cumplir con la exigencia ¿Qué caminos se emprenderán para lograrlo?
Tememos que se pretendan destinar fondos estatales para contratar docentes de instituciones privadas o del extranjero que sí entran dentro de las categorías planteadas por la resolución,
abriéndose a la vez la puerta para que parte importantísima de la formación se termine dando a distancia, desvalorizando al cuerpo docente nacional actual.
La educación pública en general se ve perjudicada por esta reforma, especialmente por la última rendición de cuentas. Quizás el caso más crítico sea la Universidad de la República con aumento cero en su presupuesto lo que en términos concretos y ante una masa estudiantil creciente implica un recorte presupuestal importante, sumándose además el recorte del 25% para el Fondo de Solidaridad.
También hay retrocesos en ANEP, donde lejos se está de alcanzar los números esperados, en todos los subsistemas, y ni hablar de la lejanía con el pedido del seis para ANEP y UdelaR más uno para investigación y desarrollo.
Más allá de lo presupuestal, el ambiente en los subsistemas (que pasaron a ser direcciones y no consejos, debido a la LUC) es pasar por encima a los órdenes, tanto docente como de estudiantes como es el caso del CFE.
Así la transformación educativa, no es más que un documento con horrores en contenido pero con un aspecto trágico en la forma en la cual piensan llevarla adelante.
¿Hay reforma sin docentes y estudiantes?
En secundaria la eliminación de Bachillerato de Arte y Humanidades causó conmoción en su momento, luego se fue diluyendo con el tiempo, pero estos planteos de la gobernanza en la educación no hacen más que develar la idea de fondo, una educación con escasa visión crítica del mundo, una educación por competencias, para trabajar en el mundo del trabajo que ellos quieren, una educación al servicio del mercado y del capitalismo.
La falta de «autarquía » en la educación, la falta de poder gobernarse a sí misma y su destino, trayecto, futuro, configura un problema grandísimo que ya veía y mencionaba bien el maestro Miguel Soler Roca en su texto «Reflexiones generales sobre la educación y sus tensiones».
Por eso presentan un proyecto que lejos de generar autarquía, autonomía, co-gobierno, proponen formas de gobernanza gerenciales, que hacen que la educación pública parezca una gran empresa y que los problemas que allí se generan son en último término problemas de gestión, y no políticos.
Los problemas de nuestra educación no son de gestión, y si los habrá, pero los problemas profundos tienen que ver con presupuesto, con una nueva visión de mundo y de ser humano
que no sea solo una máquina egoísta funcional al sistema. Los problemas reales tienen que ver siempre con cuestiones políticas, ya que tiene que ver con el futuro y presente de nuestra sociedad, del Uruguay y del mundo.
En cuanto a las jornadas de discusión sobre el documento de la reforma que se han estado desarrollando desde el año 2016 concretamente en nuestro centro, denunciamos que nunca se nos ha respondido las dudas y los cuestionamientos al mismo, así como también entendemos que en unas pocas horas no se podría proponen o crear mejoras sustanciales a la reforma que están imponiendo, eliminando una estructura académica sin tener otra sólida que la reemplace, y mucho menos, crear un documento desde cero como una posibilidad para crear una Universidad de la Educación que contemple todas las voces de quienes participan en ella cotidianamente.
Es así como además, en el presente año, se han desarrollado tres instancias en nuestro centro pero cabe señalar que las mismas fueron organizadas con muy poca antelación para que el estudiantado que no está organizado lea detenidamente y tenga el tiempo suficiente para cuestionar y pensar nuevas alternativas de manera consciente. Sumándose a este accionar, la nula respuesta por parte de las autoridades a los planteos concretos de docentes y estudiantes.
Entonces, nos preguntamos ¿Para qué son las jornadas de discusión? ¿Quién tiene en cuenta la opinión de las y los estudiantes?
Queremos participar pero también queremos ser parte de las decisiones. Desde la consejería estudiantil y docente del CFE (Consejo de Formación en Educación) se viene denunciando el avasallamiento para con la participación de los órdenes, y particularmente en el marco de una reforma curricular. El verticalazo de directrices indiscutibles, comienza a ser el clima predominante en un consejo que por su misma definición debería prestar más oído a todas las voces y en especial la de docentes y estudiantes, quienes se involucran activa y cotidianamente en la misma. Se presenta ahora un apuro por crear nuevos planes cuando podrían haber empezado mucho antes ese proceso, y sobre el apuro parece importar poco la voz de las y los actores que conforman la educación toda.
En cuanto a nuestro centro de estudios, el CeRP del Litoral Salto, nos encontramos con reclamos que ya tienen años y años de vigencia a los cuales esta nueva reforma tampoco viene a atender o solucionar, como lo es la necesidad de una rampa de acceso a la institución para estudiantes y docentes con discapacidades motrices; un reglamento único para las residencias estudiantiles que no haga diferencias por el sexo y donde las compañeras no tengan que vivir como si estuvieran en un cuartel militar; la necesidad de más presupuesto para las becas estudiantiles donde las estudiantes con becas parciales no tengan que elegir si comer el almuerzo o la cena y que en el comedor ofrezcan comida de calidad sin hacer las mismas diferencias en torno al sexo, y por último, la falta de una sala de lactancia, cuya creación está avalada por reglamento y la misma permitiría la continuación de los estudios para las
compañeras que son madres.
Ninguno de estos reclamos está explicitado en la nueva reforma y vemos con preocupación que las autoridades hablen con eufemismos como lo es la “transformación” educativa como
algo positivo y vanguardista cuando en realidad continuaremos con las mismas carencias estructurales y, peor aún, se van a profundizar. Las autoridades eligen no mejorar las condiciones de estudio de las carreras que dependen del CFE, sino que por el contrario promueven un título universitario que no ofrece ninguna mejora real y continúan censurando los muros de las y los estudiantes. ¿Hay plata para la pintura pero no para la estructura?
A partir de la aprobación de la ley 19.889 (Ley de urgente consideración), se genera un marco de regulación y procedimiento que refiere a las diferentes medidas tomadas por el campo popular ante la necesidad no escuchada de negociación (protesta social), consideramos que lo que subyace detrás de estas reformas es una intención de mayor control estatal de la discusión pública y la participación (la LUC declara ilegítimas las modalidades de protesta que pueden entorpecer la libre circulación)
Por solo señalar que para la Convención Interamericana, las protestas que no se ejercen con armas son lícitas, aunque momentáneamente puedan entorpecer el ejercicio de otros
derechos. La protesta tiene una importancia para la democracia y este es el principio general que debería respetar el Estado. Además, consideramos que se debe entender a la protesta
como el ejercicio de un derecho y no como un problema de orden público, porque “para disolver hay que reprimir, para reprimir hay que usar armas”; esto plantea un problema y abre camino a posibles violaciones a otros derechos. Habilitar el uso de armas por parte de la policía en manifestaciones como las que se dan en Uruguay no corresponde, y tendrá como efecto un reforzamiento del aparato policial, tal como ocurre en otros países latinoamericanos.
Debemos llevar la discusión del presupuesto a un terreno concreto, y como organizaciones estudiantiles tenemos dos tareas enormes; por un lado oponernos al proyecto educativo planteado por el gobierno actual con claros tintes privatizadores, concentradores y
autoritarios. Y por otro lado, debemos generar, sostener y colocar en agenda nuestras reivindicaciones, abriendo camino a esa educación con la que soñamos. No podemos quedarnos en resistir el embate, sino que tenemos la tarea ética y pedagógica de abrir caminos de esperanza al estudiantado todo, como también debemos continuar insistiendo con nuestros reclamos históricos como lo es el de seis más uno para investigación y desarrollo.
Presupuesto es edificios en condiciones, es estudiar sin pasar frío y hambre. Es tener clases que no sean superpobladas, presupuesto es continuar avanzando en descentralización, esllevar cada vez más oportunidades a cada rincón del país.
Rechazamos esta reforma, en todos sus niveles y particularmente en formación en educación, hoy nos mueve la solidaridad y el compromiso con el futuro de la humanidad, hoy luchamos por los de ayer, los de hoy y los de mañana.