A veces busco rabiosamente mis pensamientos
mis viejos y queridos pensamientos.
Aquellos, hechos de lecturas, de música, de vivencias,
de charlas, reuniones, asambleas y discusiones.
Generalmente no me doy cuenta
pero los llevo hoy, colgados en las patillas
titilando allá lejos, palpitantes, sedientos
y tan ansiosos, como toda la vida.
Ellos te esperan en mi respiración
se van contigo y te traen del trabajo.
se deleitan con tu voz, con tu sensual sonrisa
y en la magia sonora de tus te quiero.
Mis pensamientos me trajeron hasta aquí
esforzados, sudorosos, con la solidaridad a cuesta
con ese bagaje de los caminos recorridos
en medio de canciones, cuentos y poemas
de lo real maravilloso, como decían los viejos maestros,
de chapalear juntos por la vida como decimos nosotros, ahora,
con todo respeto.
Mas enamorados que rabiosos…
CAMACA