El dirigente nacional del SUNCA y tesorero del Fondo de Vivienda, Pablo Torrens, reveló una grave maniobra de corrupción interna que afectó al sindicato. Las irregularidades, detectadas en diciembre, incluyeron transferencias no autorizadas por un total de 135 millones de pesos y 17 mil dólares a personas vinculadas al sindicato, incluyendo miembros de la dirección nacional. También se denunciaron cheques al portador, ampliando el caso ante la Justicia.
Torrens destacó que el SUNCA actuó con firmeza, realizando la denuncia penal sin contemplar acuerdos abreviados. Ya hay tres personas citadas por Fiscalía. «Fue un golpe muy duro», admitió el dirigente, pero aseguró que el sindicato expulsó a los involucrados y reafirmó su compromiso con la ética y la transparencia: «No se barre nada bajo la alfombra».
A pesar del escándalo, el Fondo de Vivienda sigue operativo. Ha otorgado cerca de 40.000 préstamos desde su creación y mantiene un ritmo mensual de unos 200 créditos y entre 25 y 30 subsidios importantes. Además, tras siete rondas de negociación, el SUNCA acordó con el sector empresarial reactivar la operativa. «La herramienta sigue siendo un pilar para los trabajadores», concluyó Torrens.