Las declaraciones de Daniel Martínez, ex candidato a la Presidencia por el FA y ex intendente de Montevideo, manifestando que sabía de antemano que iba a perder en las presidenciales ante Lacalle Pou, sorprendió al mundillo de la política uruguaya. Ni hablar que hizo estremecer a mas de un frenteamplista, ya que no se conformó con eso, señalando que si no se cambia el rumbo, puede ser que “marchemos al spiedo en el 2024”
Lo de Martínez no fue lo único que agitó las aguas frenteamplistas en estos días. Un ferviente reconocimiento a la transación de bonos del actual Equipo Económico de Gobierno, a la que calificó de exitosa, por parte del ex Ministro y actual senador de la coalición de izquierda, Cr. Danilo Astori, también movió el piso, casi como el sismo en Florida….
Y Lucía Topolansky que asegura que el ´único candidato para 2024 hoy, es el senador Guido Manini Ríos, y agrega que el resto de los partidos están en un momento de cambios de liderazgos. «Yo creo que el Frente Amplio, al igual que los otros partidos políticos del Uruguay, está en un momento de cambios de liderazgos y eso hay que dejarlo que fluya porque es bueno. Los partidos se tienen que renovar».
Parece que no quiso opinar sobre el permanente tire y afloje de Carolina Cosse y Yamandú Orsi, pequeñas batallas cotidianas, donde tratan de marcar terreno potenciándose también para el año 2024, mientras ambos coquetean, disimuladamente, por supuesto, con lo que en el sur le llaman “El Gran caudillo del norte”, nada más, y nada menos que el salteño Andrés Lima, actual intendente en la tierra de los naranjos….
ES UN SINCERICIDIO O EL COMIENZO DE MIRADAS INTERIORES
Si hay algo que ha postergado el Frente Amplio en el tiempo es el tema de la autocritica. Es un tema que mucho piensan traerá heridas importantes y sería profundizar una grieta, que no sólo está en los sectores, hay una cuenta pendiente entre Montevideo-Interior. La capital acusa la interior del fracaso electoral….
Lo que Topolansky señala sobre los nuevos liderazgos que surgen, meterlos en una pelea interna, puede tener consecuencias impensadas. En los momentos más álgidos, muchas veces, Mujica, Astori, Vázquez, Nin Novoa, Mariano Arana, alzaron sus voces, estuvieron en medio de fuego cruzado, pero la sangre nunca llegó al río. Hoy en día, tipos temperamentales, como Oscar Andrade, Pacha Sánchez, Yamandú Orsi, Gonzalo Civila, Anibal Pereyra, inclusive, la propia Carolina Cosse pueden ser muy difícil de controlar si se ponen hablar.
El que comenzó hacerlo, tal vez fue el menos pensado, Daniel Martínez, quien se sintió sacrificado y reconoció que su candidatura lo exponía a la derrota y se fue dando cuenta a medida que se acercaban las elecciones.
Martínez dijo que lo animó la buena votación del balotaje, pero que no alcanzó.
Concluido ese ciclo, se alejó por completo de la política, estuvo en Miami, y cuando nadie lo pensaba, aceptó postularse nuevamente a la Intendencia de Montevideo.
Cuando volvió al ruedo, dijo a los medios de la capital que había tenido una amnesia y que no recordaba muchas cosas, no se sabe si lo dijo en serio o no.
Pendiente quedaron las explicaciones de por qué eligió a Graciela Villar y no a Carolina Cosse como compañera de fórmula.
Pendiente le quedó por aceptar que el FA, para este período de gobierno es la mayor fuerza política, si, pero con el 39%, real, que son los votos de octubre. Nunca reconoció Martínez que los 10 puntos mas que obtuvo en el balotaje fueron productos de votos que llegaron desde el Partido Colorado, Partido Independiente, Partido de la Gente, de Cabildo Abierto, incluso del propio Partido Nacional, y de ciudadanos que en octubre votaron en blanco, que en noviembre no querían que ganara Lacalle Pou, “que ganara la derecha”.
Finalmente digamos que Martínez pudo haber dado el puntapié inicial a la autoritica en la izquierda, algo muy saludable, como muy saludable sería que todos los partidos lo hicieran…
- HÉCTOR CHUMPITAZ –
