Con la danza tradicional como bandera y la esperanza como norte, Nilsa González, una mujer mayor que nunca dejó de soñar, representa a Uruguay en certámenes internacionales costeando sus viajes con cada torta frita que vende en Plaza 33.
Nilsa González es un ejemplo luminoso de que la edad jamás es obstáculo para soñar. Con su vestimenta colorida, su sonrisa franca y la dignidad de quien se ha ganado cada paso, Nilsa ha representado a Salto y a Uruguay en varios certámenes internacionales, llevando nuestra danza tradicional a escenarios de América y dejando huella en cada país que la recibe.
Ha sido coronada como “Señora de América” y “Dama Dorada”, pero sus títulos más valiosos son aquellos invisibles: el orgullo, la valentía y la pasión que la sostienen en cada viaje. Con sus manos, prepara tortas fritas en Plaza 33 para costear traslados y estadías, mientras la plaza se convierte en su taller de sueños. En días de sol, Nilsa despliega su pequeño puesto, agradeciendo a cada salteño que colabora con sus compras para que pueda seguir representando a Uruguay con alegría y dignidad.
En Ecuador, Nilsa ganó el primer premio en danza tradicional entre todos los países participantes en Santa Elena, alojándose en el Hotel Rayo Rojo bajo el cuidado del Ejército Ecuatoriano, que la recibió con respeto y humanidad, llevándola a recorrer la base militar como muestra de hospitalidad. En cada país al que viaja, Nilsa lleva la bandera de Uruguay en sus danzas y en su alma.
Los salteños, solidarios por naturaleza, seguramente podemos darle una mano, hacer menos duro su esfuerzo y colaborar para aliviar los costos de los pasajes. Esta Salto que va con ella en cada evento….
