Desde principios de junio de 2025, Uruguay ha enfrentado una ola de frío polar con temperaturas de hasta -4 °C. En ese contexto, al menos nueve personas en situación de calle han fallecido en menos de un mes.
Aunque muchas muertes no se atribuyen directamente a la hipotermia, la mayoría de las víctimas tenían condiciones de salud preexistentes como enfermedades respiratorias, hepáticas o mentales. Pero eso no exime al frío como factor agravante. Dormir a la intemperie en esas condiciones puede ser letal incluso para personas sanas.
QUÉ HACEN LAS AUTORIDADES?
El gobierno de Yamandú Orsi declaró una alerta roja por frío extremo, una medida inédita que permite la evacuación obligatoria de personas en situación de calle, incluso sin su consentimiento. Se habilitaron nuevos refugios, centros de evacuación y se desplegaron equipos móviles para captar a quienes viven en la calle.
Sin embargo, muchas personas rechazan ingresar a los refugios por miedo, adicciones, trastornos mentales o malas experiencias previas (robos, hacinamiento, falta de privacidad).
QUIÉN TIENE LA CULPA?
Aquí es donde el debate se vuelve más complejo. El gobierno actual ha sido criticado por reaccionar tarde y no aplicar con firmeza leyes como la internación compulsiva para personas en riesgo.
La oposición exige responsabilidades políticas y ha convocado al ministro de Desarrollo Social al Parlamento.
Los expertos sociales señalan que esto no es un fenómeno nuevo, sino el resultado de una crisis estructural que lleva años gestándose: aumento de la pobreza, ruptura de vínculos familiares, adicciones, y falta de políticas de largo plazo.
EL FRÍO ES MÑAS INTENSO QUE ANTES?
El frío ha sido particularmente severo este año, pero no es sólo un fenómeno climático. Lo que se ha intensificado es la vulnerabilidad social. El número de personas en situación de calle ha aumentado un 24% desde 2021, y muchas de ellas no tienen acceso a atención médica ni redes de contención.
AHORA…
Las excusas técnicas no alcanzan cuando hay vidas humanas en juego. Decir que alguien murió “por un problema hepático” mientras dormía en la calle a -3 °C es una forma de diluir la responsabilidad colectiva. El frío mata, pero también mata la indiferencia, la burocracia y la falta de voluntad política sostenida.
ARÓN VIERA