

El Grumeye Severo siempre fue un tipo inquieto. Tenía inventiva, habilidades manuales, y era, de vez cuando, con algún trago encima, un inspirado bromista.
Al tipo le gustaba sorprender a propios y extraños, pero el mundo de sus bromas, el de sus sueños y realidades, nunca hacia frontera con la maldad, y era por eso que todo el mundo lo quería, porque además, era un tipo solidario, alegre, servicial, capaz de cambiarle el cuerito de la canilla o una bombita de luz a la vecina más anciana, como irle a pagar las factura al abuelo haciendo cola toda la mañana, nada más que por el hecho de ser útil.
El Grumeye era de esas personas que hacia de todo, albañil, electricista, carpintero, mecánico, sin haber ido a la UTU o a las obras de la construcción, aprendió mirando, preguntando y guiándose por sus propios instintos.
Grumeye tenía una chacrita 8 o 10 héctareas, nada más, plantaba para el consumo propio y algo para la venta, criaba gallinas, tenía cerdos, un par de vacas, algunas cinco o seis ovejas y si la felicidad se encuadraba en esos términos, era feliz.
Dicen, porque siempre dicen, en pueblos tan observadores como Puntas del Sauce Verde, que el Grumeye tenía un par de hijos por ahí, que visitaba de vez en cuando alguna dama, unos decían que se trataba de una chica separada, otros que era una que el marido ya no estaba para esos trotes, y que el Grumeye, servicial como fue toda su vida, cumplía con satisfacer la necesidades mínima, de una dama, que como dijo aquella viuda del campo “yo también tengo derecho”, y daba números al paisanaje para que pasara por su cama…
Fue hace pocos días, el Grumeye estaba mirando la tele, no sabe precisar si fue en el Fox, TCM, Warner Bros. O Disney Channel, que estaban dando una de Papa Noel o de Santa Claus o Santa, como le dicen los yanquis. Lo cierto, que como todas esas películas, llegan al corazón, te hacen sufrir, y aunque después tengan un final feliz, siempre en el medio llorás más que pelando cebollas. El Grumeye siempre fue de soltar una lagrima, hasta de llanto fácil, de emocionarse, como cualquier hijo de vecino, y en la tele, siempre se las arreglan para hacerte llorar, y el hombre perdió su rudeza, se dejó llevar por el espíritu de Santa. La cinta en cuestión que miraba era el drama de Santa que se le habían enfermado los renos y no podía salir a repartir regalos. El viejo canoso, gordo y bonachón pasa mil peripecias y no consigue, ni con los pases de un mago recuperar a sus renos. Al final logra repartir los juguetes, no les voy a decir el final, pero, creo que en un camión de una bebida cola, y eso no le gustó al Grumeye.
Por estos lados somos más de los Reyes Magos que de Papa Noel o Santa Claus, pero, a los gurises, les encantan los regalos sin importarle mucho sin son los tres del Medio Oriente o si del hombre gordo que viene del frío.
Tal vez porque hacia tiempo que no inventaba algo como la gente, o por el espíritu navideño, por la pelotita de vino casero que le regaló el vecino y que ese mediodía la llevaba cuanto-cuanto cerca del final, lo cierto es que el grumeye, apagó la cocina, destapó la olla, y dijo, “lo recaliento más tarde”, y se fue para el galponcito. En el corral retozaban los borricos del vecino a los que le daba posada, mientras estaba el tractor dando vuelta tierra y luego armando los almacigos.
El carrito de pértigo, la vieja chalana que ya no respondía a las calafateadas, los cartones que sobraron del cielorraso, y otras menudencias fueron imanes para el espíritu creativo del Grumeye. Como todo creador, como todo inventor, se acordó de todo, menos del tiempo que pasó, perdió la cuenta. Según la última entrada al facebook, Grumeye sacando cuenta luego, se pasó un día y medio armando el trineo de Santa, y a falta de renos, le hizo unas caretas a los burritos del vecino, los enganchó al pértigo y salió vestido de Santa, noche adentro, por los barrios de la ciudad. En la madrugada se escuchaba su jo, jo, jo, en un barrio y entró, acompañado de ladridos de perro y rebuzne de los borricos.
De tanto en tanto tiraba unos cohetes, en ocasiones se amparaba en la oscuridad y sorprendía a las parejas, con su jo, jo, jo y se iba calle abajo o calle arriba o doblaba en la esquina.
Un borracho quedó boquiabierta cuando lo vió, y dijo “no tomo más, en cualquier momentos bajan los marcianos también…”.
Un transeúnte que lo vio al hombre de los renos detenido ante un semáforo, le gritó…”vo´, gordo, no tenés calor con eso?”.
El despipiole del Grumeye fue cuando agarró para el centro, paró el tránsito, hizo chocar a unos autos y caer a unos motociclistas, que para colmo andaban sin cascos, porque a esa hora no andan muchos los inspectores, aparte como eran de otro grupo político, no les importaba mucho cumplir con las reglas de tránsito.
Lo cierto es que antes del amanecer, el Grumeye fue llevado a la Jefatura de Policía, junto a sus “renos”. En el patio policial se armó otro alboroto, tuvieron que llamar al Jefe, que dicho sea de paso estaba en una comida con amigos y estaban por servir el postre. El deber pudo más y el Jefe se fue donde le habían dicho que habían atrapado a Papa Noel-Santa Claus, que el Jefe decidiera como lo iban a denominar para el sumario. Nadie reconoció al Grumeye con sus barbas postizas y nariz grande de payaso.
-Me parece que se atrasó mi amigo, usted suele venir para las vísperas de las Navidades, y ya estamos fines de diciembre…
– Jo, jo, jo…
– No se ría, lo suyo no es normal, aparte, el alboroto que me armó, choques y lesionados, lindos regalitos nos trajo…
– jo, jo, jo…
– Me parece que está gracioso o se tomó algo. Pero, si usted se quiere reír con ganas, ya le digo que queda arrestado y mañana a la noche lo pasamos a juez….
Cuando salió el parte policial en que “en circunstancias en que transitaba por calles céntricas, fue detenido un ciudadano con las iniciales S.N. también conocido por el alias de “papa Noel”, los portales de la ciudad no dudaron en levantar la noticia que recorrió el mundo: “En Puntas del Sauce Verde detuvieron a Papa Noel”, “Por altercados en la vía pública y manejar un vehículo de seis renos de fuerza y sin patente única nacional, fue detenido Santa Claus”. ….Ampliaremos….
CAMACA

