El próximo domingo 22 de junio, las Termas del Daymán se vestirán de fuego y símbolos para recibir, por primera vez, La Noche de San Juan, una celebración ancestral resignificada como puente entre la comunidad, el arte y el turismo en temporada baja. Organizada por la Asociación Daymán 360, esta jornada fue declarada de interés turístico por el Ministerio de Turismo y se proyecta como una cita anual capaz de encender el alma del destino.
De 17:00 a 22:00, el ritual se desplegará en torno a una gran fogata central, con música en vivo, arte, sabores locales y emprendimientos afines a la energía del solsticio. No se trata de una feria al uso: aquí, las velas, mandalas y objetos simbólicos sustituyen al comercio tradicional. “Queremos ofrecer una experiencia, no una vidriera”, señala María Inés Pereyra, presidenta de la Asociación.
En lo gastronómico, la propuesta también prioriza lo artesanal: paella de ternera al tanat, dulces locales y cocina sencilla pero con identidad. La intención es clara: sumar nuevas razones para visitar Daymán más allá de sus aguas termales, abriendo espacio a rituales comunitarios que hablen de pertenencia y encuentro.
La presencia del evento en la web oficial del Ministerio de Turismo, junto con la activa participación de Daymán 360 en la mesa regional de Destino Termas, consolida el camino hacia un Daymán con vida todo el año, donde lo cultural y lo natural convivan en armonía.
Nacida hace menos de un año, la Asociación ya reúne a casi 60 socios entre vecinos y operadores turísticos, con una mirada integradora que prioriza el desarrollo colectivo. Entre sus metas están la recuperación de la Plaza La Chinita y la gestión de obras clave como el saneamiento, en articulación con el gobierno local y nacional.
“Sabemos que no es solo por nosotros, sino por todo el destino”, afirma Pereyra. La noche más larga se convierte así en una chispa de futuro, donde Daymán no solo se piensa como un lugar de paso, sino como un territorio vivo, en transformación.
