
Hoy me levanté hecho un filósofo (¿seré un filo-sófo de sartén que solo sirve para…?). Con un aire de Sócrates fui al baño, me lavé la cara y rumbié para la cocina. Allí, como, Platón, me preparé un mate. Cierto es que Platón no tomaba mate, pero si lo tomara, seguro que lo preparaba así.
Me puse a pensar como Aristóteles, prendí la radio, ¿cómo Tabaré Cardozo o cómo Tales de Mileto?, encendí un cigarro como Pitágoras, hice zapping en el dial como Anaxágoras, salí a la vereda a ver como barrían las vecinas como Anaximandro, saludé al vecino que volvía de parranda como Empédocles.
Mas tarde, me senté con las alpargatas en chancleta como San Agustín, que no tenia alpargatas, es cierto, pero si chancletas, unas monjitas de la caridad que hablaban y hablaban.
En fin, con esos aires filosóficos, “debajo de un considero me puse a considerar”, y es como dijeran Stoll y Meyer, cuando hablaban de lo considerado que debe de ser la consideración del momento a considerar. O como Frank Mortimer, que decía que lo considerable se considera, si se puede.
También Iñigo Solari abundaba en detalles de lo considerable y lo inconsiderable. El Pardo Ayala, filósofo del boliche de la vuelta, no andaba con vuelta (redundantemente lo digo) cuando decía, “mire mi amigo, si tiene que considerar, considere, y sino, juegue al casín”.
También la Petronila repetía a menudo, ¡ay, usted no me considera!, pero yo soy, ¡ muy recatada!!, “rescatada, Petronila, rescatada, de varias cobijas ajenas, por su marido, no confunda!!!.
En fin, uno admite, comparte y entiende, que la diversidad es tan diversa, a veces.
Y que es bueno hablar de la diversidad, de pensamiento, de la diversidad cultural, de la diversidad genética, vegetal, social, sexual, económica, universal, deportiva.
Los uruguayos somos diversos, como esos políticos que dicen, “aceptamos la unidad en la diversidad, eso es lo que nos hace fuerte, grandes, victoriosos”.
Arriba de una tribuna suena lindísimo, pero abajo, cuando se elabora un programa de gobierno, y uno discrepa, no comparte, tiene otra visión, apunta a otros objetivos, cree en otros mecanismos, en otras prioridades, señala errores y busca caminos, pareciera que para alguno, la diversidad rompe la unidad, y se enojan, se encolerizan, se ofenden y vetan.
Un consejo, de este filósofo, por hoy nomás lo digo, porque mañana me puedo levantar con aires clásicos, o con aires poéticos, o con aires musicales, o con aires de buseca, porque me invitaron a una esta noche…. No hablen de la diversidad en tiempos electorales, porque hay una unidad de respuestas, arriba de la tribuna “unidad en la diversidad”, abajo, “diversos descalificativos unánimemente dichos, por los que piensan diferente a ti”.
En fin, con aire de Hamlet uno puede concluir como el filósofo de nuestro barrio…
– “Te vi o no te vi, esa es la cuestión”, dijo Orcasitas, viendo a su cuñada alejarse en la moto con su patrón….
CAMACA