En los días más crudos del invierno salteño, la Asociación de Apoyo al Niño con Cáncer «Dr. Nery Campos Pierri», presidida por Álvaro Llama, vuelve a tender puentes de humanidad al entregar canastas solidarias a 21 familias con niños en tratamiento oncológico. Estas canastas, repletas de alimentos, carne, frutas y kits de limpieza, son mucho más que ayuda material: son símbolos concretos de acompañamiento, calor humano y esperanza.
El corazón de esta ayuda proviene del entramado solidario de Salto: comerciantes, ciudadanos y voluntarios que, año tras año, colaboran con generosidad. Eventos como La hamburguesa amiga permiten sostener todas las acciones de la Asociación durante el año, demostrando que una jornada puede transformar vidas a lo largo de 365 días.
Además de esta entrega invernal, la Asociación impulsa proyectos de fondo, como la entrega de viviendas dignas, como la recientemente adjudicada a la familia de Lautaro, un niño en tratamiento. Porque tener un techo seguro y cálido es parte esencial de la recuperación.
En un contexto donde el cáncer no da tregua, estas acciones son una forma de resistir desde lo humano. En cada gesto solidario, en cada visita, en cada paquete de alimentos, va implícito un mensaje firme: no están solos. Hay una comunidad entera que los sostiene, los acompaña y cree en su recuperación.
En los días más crudos del invierno salteño, la Asociación de Apoyo al Niño con Cáncer «Dr. Nery Campos Pierri», presidida por Álvaro Llama, vuelve a tender puentes de humanidad al entregar canastas solidarias a 21 familias con niños en tratamiento oncológico. Estas canastas, repletas de alimentos, carne, frutas y kits de limpieza, son mucho más que ayuda material: son símbolos concretos de acompañamiento, calor humano y esperanza.
El corazón de esta ayuda proviene del entramado solidario de Salto: comerciantes, ciudadanos y voluntarios que, año tras año, colaboran con generosidad. Eventos como La hamburguesa amiga permiten sostener todas las acciones de la Asociación durante el año, demostrando que una jornada puede transformar vidas a lo largo de 365 días.
Además de esta entrega invernal, la Asociación impulsa proyectos de fondo, como la entrega de viviendas dignas, como la recientemente adjudicada a la familia de Lautaro, un niño en tratamiento. Porque tener un techo seguro y cálido es parte esencial de la recuperación.
En un contexto donde el cáncer no da tregua, estas acciones son una forma de resistir desde lo humano. En cada gesto solidario, en cada visita, en cada paquete de alimentos, va implícito un mensaje firme: no están solos. Hay una comunidad entera que los sostiene, los acompaña y cree en su recuperación.