InicioActualidadFrente Amplio en Salto: Cómo se reordena el tablero tras la crisis

Frente Amplio en Salto: Cómo se reordena el tablero tras la crisis

 

 

 

La votación del fideicomiso en la Junta Departamental de Salto, con cuatro ediles del FA acompañando la iniciativa del intendente Carlos Albisu, desató una crisis política interna de alcance aún imprevisible. Más que un episodio puntual, el hecho dejó al descubierto una reconfiguración profunda de liderazgos, sectores y estrategias dentro de la principal fuerza de izquierda del departamento.
Lo sucedido en la Junta Departamental fue el disparador, pero no la causa de fondo. El apoyo de cuatro ediles frenteamplistas al fideicomiso solicitado por el intendente Albisu terminó de precipitar una crisis de conducción que venía gestándose desde hace tiempo y que hoy deja al Frente Amplio de Salto ante una encrucijada política de proporciones.
EL ENFA SE DESARTICULÓ
La fractura más visible se dio en el ENFA, sector mayoritario que responde a Andrés Lima. La estructura quedó partida: algunos ediles y agrupaciones hicieron público su alejamiento y orbitan hoy en torno a Mario Furtado; otros optaron por la independencia, sin fuerza suficiente para incidir por sí solos. Algunos fueron señalados o directamente expulsados; y un grupo de limistas quedó a la deriva, aguardando una definición clara del liderazgo de Andrés Lima.
En ese limbo político quedan también el diputado Álvaro Lima y su suplente Nelly Rodríguez, aún sin definir si levantarán las banderas del ENFA, si asumirán una postura independiente o a quién responderán políticamente en adelante.
JUNTOS, PERO NO REVUELTOS
El panorama es gris oscuro. De una bancada de doce ediles se pasó a ocho, y aunque Mario Furtado —actual coordinador— lleva hoy la voz cantante con su agrupación y los sectores que se le sumen, no gobierna en soledad el espacio opositor.
A un costado aparecen Manuela Mutti, el MPP y el entorno de Raíces, donde dirigentes y las bases exigirán mayor protagonismo. En otro plano se ubica Juan Pablo Rocca Selgas, con fuerte presencia en la Junta pero con un sector de escaso peso electoral fuera de la misma.
LAS BASES DE PUNTA
Quienes empujan con más fuerza por la unidad son las bases: el frenteamplista de a pie, el militante que sigue concibiendo al FA como un proyecto indivisible y para quien la fragmentación es sinónimo de traición política.
En redes sociales se multiplican las voces que plantean la necesidad de cerrar filas detrás de la Mesa Política y respaldar a Luis Alonso como figura de consenso, buscando una salida colectiva y un recambio ordenado. Otros proponen elecciones internas en 2026 para renovar autoridades departamentales y recuperar un rumbo claro.
CINCO LÍNEAS Y UN DESTINO ABIERTO
Aunque la Mesa Política y el Plenario Departamental mantienen formalmente su vigencia, la correlación real de fuerzas parece haberse desplazado por fuera de esos ámbitos, con un limismo que conserva peso y capacidad de incidencia.
Mirando el tablero completo, hoy pueden identificarse al menos cinco líneas:
La línea tradicional frentista, integrada por el PCU, el Partido Socialista y agrupaciones cercanas a la candidatura de Gustavo Chiriff, dispuesta a disputar el liderazgo.
El eje Álvaro Lima – Nelly Rodríguez, con lo que queda del ENFA, a la espera de la definición de Andrés Lima.
El PVP, testimonial pero combativo, con Daniel Cattani como referente de una militancia persistente.
El espacio de Mario Furtado, que antes de la crisis ya había tomado distancia del ENFA y que podría consolidarse como fuerza mayor si confluyen otras listas desprendidas.
Raíces y el MPP, decididos a consolidarse y a marcar distancia de la gestión de los últimos diez años, afirmando una identidad propia dentro de la coalición.
LEVANTAR FIGURAS Y PENSAR EN 2030
Gardel dijo que «2O años no es nada», menos aún lo es el tiempo de las próximas elecciones departamentales.
Cinco años parece mucho tiempo, pero en política pasan rápido. La dirigencia frenteamplista sabe que deberá comenzar a trabajar, más temprano que tarde, en la construcción de figuras con proyección para las elecciones nacionales de 2029 y las departamentales de 2030.
Algunos liderazgos ya anuncian cierre de ciclo: Fonticiella dijo que no volverá a ser candidato; Gustavo Chiriff, en su mejor momento, apenas superó los cuatro mil votos; y el futuro de Álvaro Lima es hoy una incógnita.
En Raíces y el MPP aparecen nombres como Mijail Pastorino, Manuela Mutti o Rogelio Texeira (95). En el PCU se menciona desde hace tiempo a Marcela Dacoll como eventual candidata. El Partido Socialista cuenta con Luis Alonso y Juan Pablo Rocca. Mario Furtado, con fuerte respaldo electoral, emerge además como una figura central de este tiempo de crisis.
ES UN FUTURISMO SIN SENTIDO?
Muchos dirán que todo esto es futurismo apresurado, que no hay tal crisis y que el Frente Amplio encontrará una solución rápida, como tantas veces antes. Es posible que tengan razón.
Pero también es cierto que estas reflexiones se formulan en un momento donde, al menos en apariencia, todo está dividido. Y aun así, la historia enseña que cuando el Frente Amplio parece más cerca del abismo, suele encontrar —desde su militancia y su identidad colectiva— el camino de salida.
Esta es, simplemente, una opinión periodística. Se tendrá en cuenta o no. Pero queda planteada, en el preciso instante en que el “segundo tiempo” ya empezó a jugarse.
ARÓN VIERA

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