El carnaval era un conjunto estructurado de costumbres y fiestas.
Se dedicaba a los dioses, a las ceremonias religiosas y a las “costumbres alegres”.
El primer núcleo de este conjunto estaba constituido por las Saturnalias.
En la antigua Roma el año empezaba con la lunación de marzo.
El 27 de febrero se celebraban las Equirria, que se repetían el día 14 de marzo; consistían en carreras de caballos en el circo de Alejandro, o en el Campo de Marte.
Las carreras de caballos tenían también otro significado en la época imperial, debido a la influencia de la religión caldea; el anfiteatro era el símbolo de la Tierra; las doce puertas de los establos eran las doce constelaciones, las siete vueltas de pista, la órbita de los siete planetas.
Las actuales carrozas de los desfiles de Carnaval siguen siendo muy similares a los carros que en los anfiteatros romanos de la Roma imperial eran el símbolo del pasaje de los planetas en el cielo hacia la primavera.
También destacaban las festividades llamadas lupercalias por estas fechas, cuyo elemento central consistía en correr de manera desenfrenada.
La imagen de las Lupercales era la de jóvenes hombres, casi desnudos y vestidos con pieles, que perseguían a las mujeres golpeándolas con tiras de piel de cabra para procurarles la fertilidad.
Se celebraba del 13 al 15 de febrero, tenía características que en la era cristiana se dividieron entre el Carnaval y San Valentín.
Era una de las fiestas más desinhibidas de los romanos y, junto con las Saturnales -que tenían lugar en diciembre-, dieron origen al Carnaval.
ANÉCDOTAS DE LA HISTORIA