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Crisis en Salto: Renuncia, fideicomiso frustrado y el mayor traspié político del gobierno de Albisu

 

 

 

En menos de 24 horas, el gobierno departamental de Salto sufrió su golpe más duro. El affaire del audio viral de la directora de Acción Social, la exposición pública de su salario, la renuncia aceptada por el intendente Albisu y el retiro inesperado del tratamiento del tema del fideicomiso de 60 millones de dólares que parecía encaminado. Un tropiezo sonoro, estratégico y político que dejó al oficialismo sin reflejos y al Frente Amplio celebrando como un gol en la hora.

PATINADA DOBLE, EL PEOR DÍA DEL OFICIALISMO

Patinada, y de las grandes. Así podría resumirse la jornada en la que el gobierno de Carlos Albisu provocó dos errores en cadena, primero, el estallido del supuesto audio de la directora de Acción Social, María Eugenia Taruselli, que se viralizó con una velocidad quirúrgica; luego, el movimiento más inexplicable de todos, presentar el pedido de un fideicomiso millonario… y retirarlo a la vez.

Por si fuera poco, en medio del caos comunicacional, también se difundió el salario de Taruselli, un combustible perfecto para la indignación digital. El final era previsible: Taruselli presentó renuncia y Albisu se la aceptó. Un cierre seco, sin épica y sin contrapesos.

En política, los yerros suelen venir de a uno. Cuando vienen de a dos, el ruido se escucha más lejos. Y esta vez se escuchó en toda la ciudad.

LAS 24 HORAS DEL CAMBIO EXTREMO

El miércoles por la noche, tras una reunión en la Junta Departamental, todo parecía encarrilado, los 21 votos para aprobar el fideicomiso estaban —según se decía— firmes. Los 18 de la coalición y tres de la oposición parecían asegurados.

Pero el jueves fue un día interminable. El audio corría de celular en celular, las radios ardían y la calle murmuraba en volumen alto. Todas las miradas se posaban sobre Albisu, expectantes: ¿pediría la renuncia de Taruselli?

Era una decisión sin margen. Si lo hacía, tensaba a la CORE. Si no lo hacía, la opinión pública ya había hecho su juicio sumario, la directora debía irse. El oficialismo pasó de la calculadora al desconcierto en cuestión de horas.

LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS

Cuando el Coordinador de Bancada de la CORE, Facundo Marziotte, pidió que el tema volviera a comisión para seguir “construyendo consensos”, el mensaje fue claro, algo se había roto. La oposición frenteamplista lo celebró como un gol en la hora, con festejo, ironía y hasta un dejo de revancha política.

El silencio del oficialismo fue elocuente. Nadie pidió la palabra.

Nadie defendió nada.

Nadie explicó lo que pasó.

Se fueron con la cabeza gacha, como quien comprende tarde que el partido se perdió antes de salir a la cancha.

LOS MOTIVOS OCULTOS (Y LOS RUMORES QUE LLENAN EL VACIO)

Mientras tanto, el deporte nacional de los uruguayos,el rumor volvió a florecer.

– Se dice que en el FA apretaron las clavijas y advirtieron que ningún edil podía votar el fideicomiso.

– Se dice también que los “abrochados” ya no estaban tan abrochados.

– Y se murmuró, que habría dos manos de la CORE no se levantarían y que estarían «atados» al tema Taruselli.

Con este panorama, el llamado a una semana de diálogo tiene sabor a vía muerta. Hoy por hoy, 12 pueden más que 18.

LA INTENDENCIA ES MANO, EL FRENTE ES PIE

Barajar y dar de nuevo, esa es la única salida para Albisu y la CORE. Convencer a ediles del FA es, hoy, el único camino hacia un nuevo fideicomiso, si se quiere seguir con este tema.

Pero, para convencer, hay que conceder.

Y para conceder, hay que asumir que el margen de maniobra se achicó como nunca.

¿Qué pediría el FA a cambio?

¿La reincorporación de los 291 cesados?

¿O algún otro acuerdo que aún no salió a la superficie?

En esta partida de truco político, las cartas están en la mesa. El gobierno debe jugar primero, y fuerte. Pero en este momento, el Frente, aun siendo minoría, tiene mejores probabilidades. Porque la coyuntura —y las torpezas no forzadas del oficialismo— lo dejaron mejor parado.

Salvo que…

La política es un territorio donde el error ajeno es más rentable que el acierto propio. En este caso, el oficialismo no solo erró, lo hizo en público, sin defensa y en un mal día.

La oposición no tuvo que mover un dedo, solo observar, esperar y capitalizar. No es el fin del partido. Pero sí una señal clara de que el gobierno departamental puede perder incluso cuando tiene mayoría. Y que el FA, aun desde la minoría, puede ganar sin jugar una carta.

El tablero cambió en 24 horas.

Y todavía nadie sabe cómo seguirá el juego.

ARÓN VIERA

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