La diabetes, una disfunción en la regulación de la insulina que conduce a hiperglucemia, exige estrategias diferenciadas según su tipo: diabetes tipo 1, tipo 2 y gestacional. Si no se controla, puede derivar en retinopatías, insuficiencia renal, disfunciones sexuales y problemas cardiovasculares graves.
Diabetes tipo 2, la más frecuente, requiere dieta equilibrada, ejercicio regular, control de glucemia y, en muchos casos, hipoglucemiantes orales.
Diabetes tipo 1, de origen autoinmune, exige terapia con insulina, dieta personalizada, actividad física moderada y control riguroso de glucosa.
Diabetes gestacional, que afecta a mujeres embarazadas, se regula con alimentación adecuada, actividad física adaptada al embarazo y monitoreo de glucosa desde la semana 14, normalmente resolviéndose tras el parto.
Nutrición y movimiento: los pilares del control
Una dieta rica en fibra, moderada en hidratos (50-55% calorías), proteínas (15-20%) y con grasas saludables, sumada a la actividad física, reduce riesgos y mejora la calidad de vida de las personas con diabetes.
En tiempos de tecnología, herramientas como Klinio facilitan este proceso con planes alimentarios personalizados, entrenamientos accesibles y monitoreo constante, transformando el desafío de vivir con diabetes en un camino más liviano y consciente.
Vivir con diabetes es posible, si se elige un estilo de vida donde el conocimiento y la constancia sean tan necesarios como el tratamiento médico.
