La festividad del «Entierro de la Sardina» en el marco del Carnaval constituye una costumbre fascinante y exclusiva, observada en distintos puntos de España, como las Islas Canarias y Murcia. Este evento singular simboliza el sepelio de una sardina en un cortejo fúnebre ficticio, marcando el paso de la exuberancia carnavalesca al recogimiento de la Cuaresma, especialmente vinculado al Miércoles de Ceniza.
Más allá de su vistosidad, la celebración encierra un simbolismo profundo, ya que señala el cierre de la desenfrenada celebración del Carnaval y el comienzo de un periodo de sobriedad y meditación propio de la Cuaresma. De manera interesante, Benidorm ha hecho suya esta tradición, interpretándola no solo como el tránsito del Carnaval a la Cuaresma, sino también como la despedida al invierno.
Los orígenes de «el Entierro de la Sardina» están rodeados de enigma, y existen diversas teorías que buscan explicar cómo comenzó. Una de las historias más difundidas data del siglo XVIII, cuando se dice que el rey Carlos III obsequió sardinas a la nobleza madrileña para el ayuno cuaresmal. Sin embargo, las sardinas llegaron a Madrid desprendiendo un olor insoportable. Ante este inesperado percance, la nobleza optó por enterrar las sardinas junto al río Manzanares, originando así el simbólico entierro.
En Benidorm, esta costumbre adquiere un matiz especial como un festejo que simboliza el fin del invierno. El «Entierro de la Sardina» se transforma en una manifestación alegre del anhelo comunitario por despedir la temporada invernal, dotando al evento de un espíritu de renovación y expectativa ante la llegada de días más templados y largos.
Por tanto, el «Entierro de la Sardina» en Benidorm no solo encapsula el valor cultural y espiritual del Carnaval y la Cuaresma, sino que además se fusiona con la expresión local del cambio de estación, erigiéndose en una conmemoración rica y compleja que congrega a la comunidad en torno a la tradición, el simbolismo y la esperanza colectiva de un nuevo ciclo.
En esta celebración, se realiza una pequeña profesión pasando por la Plaza Mayor, Tomás Ortuño, Carrasco, Ruzafa, Paseo de la Carretera y en el Paseo Colón se quema la sardina. Este año, el día señalado en el que se realiza el entierro es el 13 de febrero.