Gracias por la confianza, el empuje y el compromiso. Tras dos años de trabajo incansable, llega el momento de hacer una pausa, reflexionar y hacer balance. Porque aunque esta campaña terminó, lo que empieza ahora es mucho más grande.
Estamos felices por el resultado de la Coalición en Salto. Fue una victoria importante para el departamento. Pero también somos autocríticos: esperábamos más de nosotros. Y esa exigencia no nace del ego, sino del profundo amor que sentimos por Salto y el deseo sincero de transformarlo.
Esto no fue un experimento. No vinimos a probar si nos gustaba la política. Vinimos convencidos de que es la herramienta más potente para mejorar la sociedad. Y esa convicción está más viva que nunca.
Se terminaron los diez peores años del departamento. Lo peor del clientelismo, del uso del dinero de todos para el beneficio de unos pocos, quedó atrás. Ahora empieza otra historia.
Estoy acá para recibir tanto críticas como felicitaciones. Pero que nadie dude de algo: cada paso que di fue con conciencia, responsabilidad y con un único objetivo en mente: lo mejor para Salto.
A veinte días de la elección, tomé una decisión difícil: asumir el papel del «policía malo» frente al oficialismo. Lo hice porque había que bajar a Fonticiella, que se mantenía en 15 puntos. Fue un trabajo ingrato, sin réditos personales, pero útil para el colectivo. A veces hay que asumir esos roles. Porque esto no va de egos, va de resultados.
Y hoy, más que nunca, creo que el camino es la recompensa. En política, se gana o se aprende. Nosotros hicimos ambas cosas.
Ahora comienza una nueva etapa. Nos toca ayudar al departamento, acompañar al nuevo intendente y demostrar que la coalición vino para quedarse. No es una alianza vacía, sino una construcción seria, generosa y comprometida.
Nada de esto habría sido posible sin ustedes. Sin cada dirigente que, con esfuerzo, dedicación y hasta poniendo plata de su bolsillo, ayudó a cambiar esta realidad.
A la militancia, especialmente, quiero agradecerles y felicitarlos con el alma. Por estar. Por no rendirse. Por dar pelea con alegría, con convicción, con respeto. Por construir equipos, tender puentes, levantar banderas y sostenerlas con dignidad. Ustedes son el alma de este proyecto. Sin ustedes, nada tendría sentido.
Hoy empiezo a agradecer a las listas y dirigentes, uno por uno.
Este camino recién empieza.