En Salto, abril se despide con rienda firme y paso criollo. La tradición camina a campo traviesa, entre aplausos polvorientos, silbidos de campo y la vibración noble de una sangre que no olvida su origen.
Bajo el sol de otoño que dora las cuchillas del norte, los caballos criollos se alistan para cerrar abril con honra y esfuerzo. La Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay, junto a la Agremiación salteña, desplegarán en Salto un abanico de actividades que rinden tributo a la rusticidad, nobleza y temple del caballo criollo.
MARCHITAS:CORAZON Y RESITENCIA
Del 25 al 27 de abril, Salto será sede de la segunda fecha del Campeonato Nacional de Marchitas, donde la armonía entre jinete y montado vuelve a ser protagonista. Con US$ 5.000 en premios, la competencia reúne a grandes y chicos en distintas categorías: mayores, intermedia, menores y marcheritos.
Las inscripciones están abiertas hasta el 22 de abril, con un día más para quienes completen el formulario web. Como manda la reglamentación, cada ejemplar deberá presentar su examen de ADN y certificación sanitaria.
LA CARRERA LARGA DEL CORAJE
El sábado 26, la pasión continúa con la primera fecha del Campeonato Nacional de Enduro, desde la Asociación Agropecuaria de Salto. Dos distancias —80 y 50 kilómetros— medirán la resistencia de los caballos criollos en dos categorías de peso: entre 90 y 75 kilos, y peso libre.
Las inscripciones cierran el 21 de abril y se realizan exclusivamente en línea. El ADN y la sanidad al día también son requisitos ineludibles para participar.
MIRADA TÉCNICA AL LINAJE CRIOLLO
Como cierre del mes, la inspección de ejemplares recorrerá distintos puntos del norte. El 28 de abril, en Sequeira (Artigas). El 29, visitarán Pingo Viejo, en Parada María.
Ese mismo día, se harán presentes en el predio de la Asociación Fomento Rural de Gastelú, y por la tarde llegarán al establecimiento La Navidad, en Carumbé, Salto.
Así, cerrando el mes con un eco de galope y el murmullo de la tierra , Salto se prepara para abrazar el legado de la pasión y la herencia criolla, donde cada zancada es un poema y cada competición, un canto a la excelencia.