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En los últimos tiempos, y dada una serie de temas importantes ocurridos en el departamento de Salto, han aparecido, como por arte de magia una serie de «portales» y cuentas raras que abruman.
Es un tema muy relevante y, lamentablemente, el fenómeno de los trolls, cuentas falsas y la crítica destructiva organizada en redes sociales no es exclusivo de Salto ni de Uruguay; es un fenómeno global que se intensifica en contextos de alta polarización, como el político, cultural o social.
LA EXPLICACION DEL FENOMENO
Las redes sociales permiten crear perfiles «truchos» (falsos) con suma facilidad. El anonimato da a las personas una sensación de impunidad, lo que reduce las inhibiciones morales y les permite decir cosas que nunca dirían cara a cara.
El principal motor de un troll es la reacción. Buscan provocar, enojar y generar caos. Cuando usted o la persona criticada reacciona con enojo o se «mete en la pelea», el troll ha ganado. La «prisa» y el «mazo» son sus herramientas para obtener esa respuesta rápida.
Muchos trolls no son individuos aburridos, sino parte de campañas organizadas (a veces llamadas granja de trolls o bots) con fines políticos, comerciales o ideológicos. Su objetivo es manipular la opinión pública, desacreditar a oponentes o desviar la atención de un tema. En Uruguay, se han reportado casos de uso de trolls y desinformación en campañas electorales.
En internet, las noticias falsas y los comentarios negativos o extremos se difunden mucho más rápido que los contenidos positivos o verídicos. Las plataformas premian el engagement (la interacción), y el conflicto es un gran generador de interacción.
Cuando un grupo de trolls o cuentas falsas ataca, puede dar la impresión de que una opinión negativa es mucho más generalizada de lo que realmente es, alentando a otros a unirse a la crítica.
Eso se ha visto en Salto en los últimos tiempos y arrecian cada vez más.
NO ALIMENTES AL TROLL
La regla de oro para contrarrestar a los trolls se resume en una frase: No alimentes al troll.
Si está seguro de que es un troll (un perfil sin foto real, con pocos seguidores, mensajes solo de ataque, nombres extraños, etc.), la forma más efectiva es no responder en absoluto. La falta de reacción les quita su razón de ser y, a menudo, los hace desaparecer.
Use las herramientas de la plataforma. Bloquee la cuenta inmediatamente. Si el comentario es ofensivo, violento o promueve el odio, repórtelo.
Una crítica legítima (aunque sea dura) proviene de una cuenta real, es específica y busca debatir un punto. El trolling es ataque ad hominem (a la persona), ofensivo, repetitivo y no busca la conversación. Responda a la crítica real con calma; ignore al troll.
Si maneja un perfil público o una comunidad, publique reglas de convivencia. Por ejemplo: «Los comentarios ofensivos o sin fundamento serán eliminados y el usuario bloqueado».
Si es una página o un medio, utilice herramientas de moderación que filtren palabras clave ofensivas o que oculten automáticamente comentarios de cuentas que no cumplen ciertos requisitos (por ejemplo, cuentas nuevas).
Responda y destaque los comentarios constructivos y de usuarios reales. Al dar visibilidad a la buena interacción, se reduce el espacio donde el troll puede operar.
Si hay un ataque masivo, puede ser útil mencionarlo brevemente sin caer en el juego, por ejemplo: «Hemos notado un aumento de comentarios ofensivos de cuentas falsas. Queremos aclarar que…»
En resumen, el fenómeno es una manifestación de la desinhibición digital y, en muchos casos, de la manipulación organizada. La mejor defensa es la inteligencia emocional, la indiferencia ante el ataque personal y el uso estratégico de las herramientas de bloqueo y reporte.
– Federico Portillo De Jesus –