El menú de la Expo Salto 2025 promete ser mucho más que un simple recorrido culinario. Se presenta como un mapa de sabores que celebra la tradición y la innovación. Entre lo clásico y lo novedoso, la feria invita a descubrir la identidad de una región a través de su mesa.
Este año, quienes recorran el predio de la Expo Salto no solo se encontrarán con stands y espectáculos, sino también con una renovada propuesta gastronómica, que convierte la pausa para comer en un viaje sensorial.
El fuego del asado, ya sea de vacuno o de cordero, seguirá siendo el corazón de la tradición, evocando la memoria colectiva de la tierra y el rito compartido en torno a la carne. Pero a ese pulso clásico se le suman las apuestas novedosas: frankfurters de un metro que invitan al juego visual y al desafío gastronómico; pizzas en cono que reinventan la forma de lo cotidiano; crepes de carne o pollo que evocan otras cocinas del mundo, pero dialogan con el gusto local; hamburguesas de pollo que refrescan la propuesta.
La dulzura no queda atrás: los pasteles “Martín Fierro”, con su poética conjunción de queso y dulce, o las tentaciones de dulce de leche, aportan el cierre perfecto, recordándonos que la identidad de un pueblo también se escribe con azúcar y memoria.
Expo Salto 2025 propone así un menú que no es solo una lista de comidas, sino una cartografía cultural: un cruce entre lo ancestral y lo lúdico, lo familiar y lo inesperado, donde cada bocado se vuelve parte de la experiencia de feria.
CAMACA