La obsolescencia carcelaria y la urgencia de un modelo más digno y productivo impulsan a las autoridades a considerar un nuevo establecimiento penitenciario en Salto. La iniciativa, aún en etapa embrionaria, plantea una transformación estructural y simbólica del sistema de rehabilitación en la región.
Durante una reciente visita a la Unidad 20 del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) en Salto, la directora nacional del organismo, Dra. Ana Juanche, anunció que se ha incluido “en carpeta” la posible construcción de un nuevo centro penitenciario para el departamento. Esta decisión surge tras constatarse el deterioro estructural del edificio actual, que data de 1976, y responde a la necesidad de adaptar las condiciones de reclusión a los nuevos tiempos, incluyendo la atención a mujeres privadas de libertad y madres con hijos.
El proyecto, aún en fase preliminar, propone no solo una mayor capacidad de alojamiento, sino también la integración de espacios para talleres productivos, eje central del modelo de gestión de la Unidad 20. Aunque la localización no ha sido definida, se prevé que en los próximos meses comiencen los trabajos de diseño por parte del equipo técnico del Ministerio del Interior.
Más allá de la infraestructura, la propuesta simboliza un intento por redefinir el rol del sistema penitenciario, abriendo paso a un enfoque más integral y humanizante, en sintonía con los desafíos contemporáneos de la rehabilitación social. La concreción del proyecto dependerá de la voluntad política y de la asignación presupuestal que comenzará a debatirse en agosto.