GUSTAV MAHLER Y LOS OJOS CERRADOS
¿Sabias la historia del día en que Gustav Mahler dirigió a la orquesta con los ojos cerrados, no por inspiración… sino porque no podía soportar ver al público?
Era una tarde gris en Viena, en 1902. El teatro estaba lleno, la élite vestida de gala y la expectativa flotaba en el aire como un suspiro contenido. Mahler, ya un director temido y reverenciado, iba a estrenar su Sinfonía n.º 5, una obra que desafiaba a los músicos, al público… y a los propios límites de la emoción humana.
Pero Mahler, esa tarde, no estaba bien. Su esposa, Alma, con quien vivía una relación intensa y contradictoria, había dicho algo que lo dejó tambaleando emocionalmente. Justo antes del concierto, le confesó que el Adagietto, ese movimiento tan tierno que Mahler escribió como una carta de amor sin palabras, no la había conmovido. Fue como si el alma del compositor se astillara.
Cuando subió al podio, Mahler cerró los ojos. Los músicos pensaron que era una excentricidad más, una teatralidad. Pero no. Lo que nadie sabía es que ese gesto fue un escudo: no podía ver los rostros, no quería enfrentarse a los juicios, ni a la posibilidad de que lo que había creado con el alma desnuda fuese incomprendido.
Y entonces ocurrió lo insólito. Dirigió la sinfonía completa sin mirar una sola vez la partitura ni a los músicos. Como si cada compás lo habitara por dentro. Como si cada instrumento fuera una extensión de su propio cuerpo. El público, al principio desconcertado, quedó enmudecido. Cuando el Adagietto sonó, alguien sollozó en la platea. Otros cerraron los ojos también. Era como si el dolor y el amor que Mahler sentía hubieran encontrado su eco perfecto en cada nota.
Al terminar, hubo un silencio tan largo que por un instante pensó que había fracasado. Pero entonces, estalló una ovación que duró más de diez minutos.
Esa noche, Gustav Mahler no sólo estrenó una de las piezas más bellas de la historia… también demostró que el arte verdadero nace cuando el corazón no tiene más remedio que hablar, aunque duela.
© La Haba, 29 de Mayo de 2025, 10:57 am
® Información realizada y editada por:
Pedro González Martín,
Escritor y pensador y divulgador.