Dicen que cuando García Márquez escribió “Cien años de soledad”, lo hizo con la estructura bíblica. Uno puede leer la novela en forma lineal, cabalgando sobre el argumento que le da el gran colombiano, y no duda, es una gran novela. Pero si uno comienza a desmenuzarla, todo se engarza a la perfección, y todo resulta mas que una buena novela…y entonces, ya filosofando, ya analizando, ya dándole vueltas y vuelta a la cosa…se deja convencer por aquellos grandes críticos literarios que dicen que Cien años de soledad tiene una estructura bíblica….
Uno, lejos de la sabiduría de esos grandes maestros, del conocimiento y el análisis, en que concluyen que existen tales semejanza, se encuentra con un caso que tiene que ver con el nombre de Simón…
Solo en los pasajes bíblicos en tiempos de Jesús los Simón, o “Simones”, son tantos que uno tiene que tomar una brújula o anotar, y anotar, para no perderse.
Para alguien como yo que no es muy ducho en manejar la biblia, el Nuevo Testamento, es algo que va mas allá de un hecho curioso “los Simones” que se parecen a los “Buendia”, y espero que no se tome como una blasfemia la comparación. Para mi cortedad, los Simones y Buendia, uno nunca termina de conocerlos, o si lo hace, los confunde un poco, se confunde un poco en tiempo y espacio. Por eso, recurrí a los que saben, en el caso de Simón o Simones, y me quedó mas claro el panorama.
SIMÓN: (de una raíz heb. que significa: “oír; escuchar”).
Y los Simón, son:
– Simón Iscariote, padre del Judas que traicionó a Jesús. Referenciado solo por ser el padre de Judas, pero es nombrado en algunos pasajes…
– Simón Pedro, conocido también como San Pedro, Cefas o simplemente Pedro fue, de acuerdo con múltiples pasajes neotestamentarios, uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret. Su nombre de nacimiento era Simón bar-Jona y era pescador de oficio en el mar de Galilea.
– Simón el Celoso: Apóstol de Jesucristo, al que se distingue de Simón Pedro mediante el término “cananita”. Aunque es posible que se le aplicara el adjetivo zē·lō·tḗs debido a que en un tiempo hubiese pertenecido a los celotes, un partido judío opuesto a los romanos, también puede ser que tuviera el sentido de “celoso” o “fervoroso” en sentido religioso.
Simón: Medio hermano de Jesús más joven que él. Aunque aún no era creyente antes de la fiesta de los tabernáculos del año 32 E.C. , puede que se hiciese discípulo más tarde. Los medio hermanos de Jesús estuvieron entre los 120 discípulos reunidos en Jerusalén durante el tiempo del Pentecostés de 33 E.C., si bien no se especifica si él estuvo presente.
Simón El Fariseo: Tuvo a Jesús comiendo en su casa. En este lugar una pecadora mostró a Jesús gran bondad y respeto untándole los pies con aceite perfumado.
Simón El Leproso. Habitante de Betania al que se llamaba “el leproso” (quizás sanado por Jesús), en cuya casa Cristo y sus discípulos, así como el resucitado Lázaro y sus hermanas Marta y María, tomaron una comida. En este lugar María derramó sobre Jesús aceite perfumado costoso.
Simón el Cireneo. Natural de Cirene y padre de Alejandro y Rufo. Se le obligó a ayudar a Jesús a llevar el madero de tormento cuando regresaba del campo.
Simón El Mago: Mago de la ciudad de Samaria que asombró tanto a la nación con sus artes mágicas que la gente decía de él: “Este hombre es el Poder de Dios, que puede llamarse Grande”. Fruto del ministerio de Felipe, Simón “se hizo creyente” y fue bautizado. Más tarde, cuando vio que los creyentes recibían el espíritu santo después que Pedro y Juan les imponían las manos, Simón ofreció impropiamente dinero para que se le otorgara la misma autoridad. Pedro lo reprendió con firmeza, diciéndole que su corazón no era recto a la vista de Dios e instándolo a arrepentirse y a orar por perdón. En respuesta, Simón pidió a estos apóstoles que rogaran intensamente a Jehová a favor de él.
Simón El Curtidor: Curtidor de Jope en cuya casa junto al mar se hospedó el apóstol Pedro por unos cuantos días en 36 E.C.
(Recopilación, CAMACA)