Se encuentran en Salto el padre general Salvador Rodea y el padre provincial de Argentina Pedro Romero. Ambos superiores pertenecientes a la congregación teatina fundada por San Cayetano hace 498 años.
Fueron invitados a conocer la Diócesis por el obispo monseñor Arturo Fajardo.
La Orden de Clérigos Regulares (Ordo Clericorum Regularium, C. R.), cuyos miembros son comúnmente conocidos como teatinos (vulgo Theatinorum) o simplemente clérigos regulares, es una orden religiosa masculina de la Iglesia católica, formada por clérigos que profesan los votos de la vida religiosa.
La Orden fue fundada en Roma en 1524 por san Cayetano de Thiene, Juan Pedro Carafa, (después papa Paulo IV), Bonifacio de Colle y Pablo Consiglieri, para restaurar entre los eclesiásticos la forma de vida apostólica y promover la santidad del estado sacerdotal mediante la profesión de los tres votos religiosos.
ORIGEN Y FUNDACIÓN
En los días del Renacimiento, la necesidad de reforma en la Iglesia se iba haciendo cada vez más acuciante. El papa Julio II había reunido en 1512 el V Concilio de Letrán, con el deseo de promover una reforma de costumbres. Pero la legislación conciliar quedó en letra muerta a causa de la corrupción que contaminaba amplios sectores eclesiásticos.
El Oratorio del Amor Divino, fundado en 1516 en Roma por Cayetano de Thiene sobre el modelo de los que ya funcionaban en Italia, apareció en la Ciudad Eterna como una institución compuesta por eclesiásticos y seglares. Pronto comprendió Cayetano que la acción del Oratorio sería insuficiente para atajar los graves males de la Iglesia. Por otra parte, consideraba que el quicio de la reforma estaba en el clero, sumido en la codicia y frivolidad. Madurando, pues, una restauración a fondo del carácter del sacerdocio, concibió la idea de vivir en el estado eclesiástico la profesión de los tres votos religiosos, y a este fin decidió fundar una congregación o compañía de sacerdotes que llevaran vida común, bajo la obediencia a un prepósito y la dependencia inmediata de la Santa Sede. En el ambiente del Oratorio halló Cayetano a sus primeros colaboradores. Entre ellos, la prestigiosa figura de Juan Pedro Carafa, obispo de Chieti (en latín Teate), antiguo nuncio en Inglaterra (1513) y vicecapellán mayor de Carlos V por el reino de Nápoles (1517). Seducido por los ideales de Cayetano, le suplicó que le admitiera en la nueva fundación. Carafa prestó a la orden su enorme erudición, su profunda experiencia curial y diplomática, y su dinamismo batallador en defensa de los intereses de la Iglesia. El nombre latino de su cargo episcopal brindaría la denominación popular a la nueva orden.
Pese a la fuerte oposición de la Curia, Clemente VII aprobó la nueva congregación por el Breve Exponi nobis el 24 de junio de 1524. Los cuatro fundadores tuvieron especial interés en celebrar una ceremonia fundacional sobre el sepulcro de san Pedro, escogiendo para ello la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Reunidos en la mañana del 14 de septiembre de ese año, en la capilla de San Andrés, en la Basílica Vaticana, asistieron a la misa que celebró, como legado especial de Clemente VII, Giovanni Battista Bonziano, obispo de Caserta y prodatario del Papa. Después se trasladaron al altar papal. Sentado el obispo en su sede, el notario Esteban de Amanis dio lectura al Breve pontificio. Luego, cada uno de los fundadores, que en la víspera habían renunciado ante el mismo notario a todos sus bienes, pronunció a los pies del Comisario papal la fórmula de profesión religiosa, escrita en una cédula firmada que depositaron sobre el altar de san Pedro. Todos recibieron la sotana teatina de manos del Legado, el cual impartió su bendición a los fundadores, y les rogó que, a tenor del breve papal, alejados un poco de la concurrencia, procedieran a la elección del prepósito. Esta recayó en Juan Pedro Carafa, que desde aquel instante pasó a ser cabeza de la comunidad.
PROPAGACIÓN EN EUROPA
El Saco de Roma (1527) obligó a los teatinos a abandonar la ciudad; y el 17 de junio Venecia recibía a los 12 miembros de que constaba la Congregación. Tras un trienio de gobierno, Carafa cedió la dirección a Cayetano, nombrado por el capítulo nuevo prepósito. Un breve de Clemente VII, fechado en Bolonia el 11 de febrero de 1533, pidió a los teatinos a que aceptaran una fundación en Nápoles, solicitada por la ciudad. La comunidad, que contaba ya más de 30 miembros, comisionó a Cayetano y Marinoni como adelantados de la fundación, enviándose después nuevos refuerzos. El crecimiento de la Orden fue, en un principio, más bien lento, debido al criterio de rigurosa selección que imperó desde la época fundacional; más que el número, Cayetano y Carafa preferían la calidad. Cuando en 1555 Carafa fue elegido papa con el nombre de Paulo IV, asumió el gobierno directo de la Orden y se suspendieron temporalmente los capítulos anuales. El Papa llamó a Roma a sus hermanos y les asignó la iglesia de San Silvestre del Quirinal, de la que tomaron posesión en 1557. A partir de esta fecha la Orden incrementó su desarrollo en Italia, debido, en gran parte, al celo del beato Pablo Burali y de san Andrés Avelino. En 1570, San Carlos Borromeo les reclamó en Milán. A mediados del siglo XVII eran más de 50 las casas de teatinos en Italia, que constituían cuatro provincias regulares.
España fue la primera nación que acogió a los teatinos fuera de Italia, cuando llegó a Madrid el padre Plácido Frangipane Mirto en calidad de confesor y teólogo del Embajador de Polonia. Muy estimado de Felipe IV, trabajó en la fundación de una comunidad teatina en la capital española, establecida en 1629 en la iglesia del Hospital de los italianos, y trasladada en 1644 al templo de Nuestra Señora del Favor, en la calle de Embajadores. El mismo Plácido Mirto patrocinó la fundación de la casa de santa Isabel en Zaragoza (1630) y la de la Expectación y San Matías en Barcelona (1632), y el Colegio de Alcalá de Henares. El padre Jerónimo Abarrátegui fundó en 1683 el Colegio de Salamanca, y el padre José Guío, en 1721, la Casa de Palma de Mallorca. Llamados por el cardenal Mazarino, los teatinos establecieron en París la Casa de Santa Ana la Real (1644). Portugal los acogió en Lisboa gracias a la protección del rey Juan IV, que les construyó en 1648 la iglesia de santa María de la Providencia. Los príncipes electores de Baviera llamaron a Múnich a los teatinos (1663) y levantaron un suntuoso templo en honor de san Cayetano. Invitado por el conde Martinitz se establecieron en Austria, siendo su primer prepósito el padre Cayetano, conde de Trautmansdorff. Más tarde fundaron casa en Praga (1691), en Salzburgo (1684) y en Varsovia.
EXPANSION MISIONAL
Se inició en 1626 con una primera misión en la Europa oriental, de religión mayoritariamente ortodoxa. El 2 de diciembre los padres Pedro Avitabile, Antonio Ma Ardizzone y Francisco Manco embarcaban en Mesina hacia Georgia, Mingrelia, Armenia y los reinos de Imericia y el Guriel, logrando, entre otros frutos, la conversión de sus reyes y obispos ortodoxos, que reconocieron a Urbano VIII como Vicario de Cristo. En 1630 partieron al frente de una segunda expedición José Giudice y Arcangelo Lambertini. Vuelto el padre Avitabile a Roma, obtuvo en 1639 del Capítulo General la aprobación de sus planes apostólicos, y en compañía de los padres Manco y Ardizzone se dirigió a las Indias portuguesas, llegando a Goa el 15 de octubre de 1640. En 1721, gracias al celo del padre Carlos Fidel, los primeros indígenas vistieron la sotana teatina. Los padres Agustín Barreto y Cayetano Astiano intentaron pasar a Borneo, no pudiendo lograr sus propósitos, pero sí el padre Antonio Ventimigla, primero que penetró en la isla para predicar en ella el Evangelio.
OTRAS ACTIVIDADES
«Ninguna función, obra o ministerio eclesiástico se puede decir que nos pertenece de un modo especial. Por tanto, debemos considerar como propio de nuestro estado cualquier función o ministerio eclesiástico, principalmente si a él nos impulsa la obediencia o la caridad». Estas palabras del artículo 2 de las Constituciones revelan el carácter eminentemente sacerdotal de los teatinos, asignándoles el amplio campo de apostolado que la Iglesia señala a sus ministros.
Como personalidades teatinas destacan dos santos, tres beatos y siete venerables. Además de un papa, Paulo IV (1555-59), han sido teatinos nueve cardenales y más de 300 obispos. En las ciencias sagradas destacaron escrituristas, como Antonio Agelio y Luis Novarino; liturgistas, como Francisco Ma Maggio y Cayetano Merati; místicos, como San Andrés Avelino y Lorenzo Scupoli; numerosos teólogos, moralistas, canonistas, historiadores y mariólogos, sin faltar célebres oradores, entre los que se cuentan Francisco Antonio de Escandón, predicador de Felipe V, más tarde arzobispo de Lima y virrey del Perú, y el padre Ventura de Ráulica, que predicó cuatro veces la cuaresma en la Basílica Vaticana y en las Tullerías ante Napoleón III. Fuera del ámbito puramente religioso, destacaron arquitectos, como Francisco Grimaldi, autor de la Capilla del tesoro de la catedral de Nápoles, y Guarino Guarini; astrónomos, como Giuseppe Piazzi, que descubrió en 1801 a «Ceres», el primero de los planetoides; físicos, matemáticos y pintores. En otros campos: Tomás Goldwell, obispo de S. Asaph en el País de Gales, y único prelado de Inglaterra que asistió al Concilio de Trento; Miguel Ghisleri, director espiritual de Juan B. Vives, al cual alentó para la fundación en Roma del Colegio de Propaganda Fide; el vasco Gaspar de Oliden, primer prepósito de la Casa de Palma de Mallorca y promotor del Voto de ánimas, y el padre Juan Gallifa, héroe en Barcelona durante la invasión napoleónica.
ESPIRITUALIDAD
«Si Dios me concede la gracia de poner ante los ojos de los sacerdotes seculares una familia claustral de clérigos religiosos, espero que la inocencia de éstos, su pobreza, su modestia, la santidad de su vida, harán el vicio odioso y moverán a los demás a la práctica de la virtud». Estas palabras de san Cayetano sintetizan las líneas maestras de la espiritualidad de la Orden. No trató de renovar la espiritualidad monástica o de las órdenes mendicantes, sino de entroncar con la forma de vida de los primeros cristianos. San Cayetano, movido por…
PADRES TEATINOS, COMUNIDAD EN ARGENTINA
En 1946 los primeros teatinos llegaron a Argentina ilusionados por la gran devoción que nuestro pueblo le profesaba a San Cayetano, el Santo de la Providencia, y por el entusiasmante horizonte evangelizador que presentaba nuestra tierra. Aquella realidad en gran medida no ha cambiado, pero la fisonomía de la pequeña fundación teatina ya no es la misma: las Casas, las Parroquias, los Colegios van dibujando una geografía teatina que favorece nuestro apostolado.
Lo que fundamentalmente varió fue el modo en que se es teatino en Argentina, siéndolo en consonancia con la Iglesia argentina y latinoamericana, la expansión de nuestro carisma entre los hermanos laicos y el germinar de vocaciones propias.
Nuestras Comunidades
Fundado en 1960, el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, se define por su referencia explícita al Evangelio de Jesucristo y fiel a la espiritualidad teatina, mantiene su carácter de Agente Integrador, por encima de las diferencias sociales. Su finalidad institucional es asegurar la formación armónica e integral de sus alumnos, en comunión con las familias, docentes y no docentes de la Institución, teniendo como marco de referencia, al hombre creado a imagen y semejanza de Dios, libre, responsable de si mismo, solidario y con espíritu de trabajo.
El 14 de mayo de 1956 comenzó a funcionar la escuela anexa al templo. 1960 culminó la etapa fundacional con la apertura del Instituto San Cayetano. En 1961 se emprendieron las obras de la nueva iglesia y hasta la fecha se mantiene constante la expansión de espacios físicos para el óptimo desarrollo de actividades parroquiales y el crecimiento de grupos –especialmente de jóvenes- que se identifican con el Carisma de nuestro Padre Fundador. La influencia pastoral y educativa de los teatinos a lo largo de siete décadas en la ciudad es patente y reconocida por todos.
En el año 1946 los Teatinos llegan a Villa Adelina. Existía en la localidad una capilla dedicada a Ntra. Sra. de Luján, que dependía de la Parroquia Santa Teresita de Martínez. En el año 1959 se inician los trabajos para la construcción del actual templo parroquial que fue consagrado en 1996, y en el solar donde existía la antigua capilla se dio inicio al Colegio San Andrés Avelino. Desde el año 1963, los Teatinos se preocuparon de incluir a todos en la vida de la comunidad, por ello fueron desarrollando distintas iniciativas misionales.
La más reciente de las comunidades teatinas en Argentina nació el 25 de noviembre de 2005, con la asunción del cuidado pastoral de la parroquia de nuestro Señor Hallado, en Empedrado, Provincia de Corrientes, y la bendición de la casa que habitarían los padres. Esta presencia ha sido fruto de las misiones que de manera sostenida grupos de sacerdotes y jóvenes teatinos realizaron en aquella región de la provincia de Corrientes.