Fabio Lorca o Lorda, conocido como Calavera o Calabaza, fue un consumado actor de Puntas del Sauce Verde, allá por la década del setenta, comienzo de los ochenta. Actor clásico, de escuela, con un toque bolichero, de mostrador estañado que le aguadenteaba las palabras, que se le iban trepando entre espirales de humo y se confundían lascivamente con las del murmullo de los cuatro rincones.
Era difícil sorprenderlo con un Shakespeare, un Calderón de la Barca, un Tirso de Molina, un Moliere, un discurso de Wilson, o con alguna gambeta del negro Cubilla del Nacional del 71…
Un día le dije que el Prof. De León iba hacer historia en Defensor, y me asombró cuando me dio la razón, y agregó…” es el Atahualpa del Cioppo, de los entrenadores”.
Por esas razones de la vida, y de la política, se fue a vivir a Méjico, a comienzo de los ochenta, y tardó más de veinte años en volver. El Siglo XX se iba todo cambalacheado, y uno creía, que todo lo que viniera iba a ser mejor en este Siglo XXI….
Lo encontré en plena crisis del 2002, con un libro de Marx en una mano y con un libro del horóscopo chino de Ludovica Squirru en la otra.
Estaba cambiado, física y mentalmente, el tiempo le cobraba un carísimo alquiler por respirar.
Lejos de amedrentarse el Cala (vera/baza), sacaba proyectos de vida, como conejos de la galera, y vaticinó sin ningún empacho en que Uruguay viviría cambios profundos en los próximos años….
La última vez que lo vi fue en la fila del balotaje, me miró, se sonrió, y mientras me hacia un guiño cómplice, mirando a los que venían detrás en la fila, dijo, “esto se vuelve blanco”…
Cuando salimos me dijo que se volvía a Méjico, con su “Virus”, la esposa azteca con la que tuvo tres hijos…”Sabes, que ni modo la dejo. Se lo dije del primer dia, en el lenguaje de ella…oye chaparrita, que tal si caminamos para el mismo lado en esta rechula vida. Yo pongo la corona y tú el virús (señalando el tesoro sin par que guardan las mujeres entre ambas piernas)…
Por esas cosas de la vida, ayer un pariente futbolista que vive en Méjico me comentó que entre los muertos de los últimos días, por coronavirus en Cuernavaca, estaba el Fabio y su señora, el corona y el virus o el coronavirus, todo junto, los unió para siempre….
Me duele bajar el telón, pero más me duele, no volver a verlo salir, para el aplauso final…..
CAMACA